Caravana en NYC por beneficios para indocumentados (fotos)
Los participantes del evento, que coincidió con el Día Internacional del Inmigrante, reclamaron acción sobre el NY DREAM Act y las licencias de conducir, entre otras medidas
Los activistas recorrieron las calles de NYC en apoyo de los 625,000 indocumentados que viven en el estado. Crédito: EDLP / Mariela Lombard
Nueva York — A bordo de una chiva colombiana —el típico autobús rústico que los campesinos de ese país utilizan para llevar sus productos a los mercados— una veintena de activistas pro inmigrantes surcaron ayer las calles de Nueva York en apoyo de los 625,000 indocumentados que viven en el estado.
Los manifestantes aprovecharon el Día Internacional del Inmigrante para realizar un llamado urgente los legisladores del estado de Nueva York. La agenda de reclamos incluyó el NY DREAM Act, el documento identificativo y la licencia de manejo para los sin papeles.
“Necesitamos las soluciones y el liderazgo que no nos está dando Washington”, sostuvo Lucia Gómez, directora ejecutiva de la organización comunitaria La Fuente. “California ya nos lleva la delantera en la aprobación de leyes inclusivas. Es hora de que Nueva York siga el ejemplo”.
La caravana se detuvo ante las oficinas del congresista republicano Michael Grimm, al que le dejaron carbón navideño por “portarse mal” y ser el único representante neoyorquino que aún no ha hecho público su apoyo a la reforma migratoria.
Los activistas visitaron también la alcaldía, las oficinas del gobernador y el consulado dominicano. Esta última parada estuvo motivada por la decisión del Tribunal Constitucional de ese país de retirar la nacionalidad a los ciudadanos de ascendencia haitiana.
“No se puede pedir por los derechos de los inmigrantes de aquí e ignorar las persecuciones que sufren los de nuestros países”, dijo el dominicano José Rodríguez. “No podemos ser hipócritas”.
Este cronista acompañó durante la mayor parte de la jornada a los manifestantes y fue testigo de una celebración de la identidad común. Mientras unos preparaban carteles de protesta, otros bailaban a ritmo de bachata, ante la perpleja mirada de los que veían pasar el pintoresco autobús. Los activistas procedían de países como Perú, Colombia, República Dominicana, México, El Salvador o Guatemala, pero la batalla de todos era la misma.
“Estamos globalizando la esperanza”, expresó Juan Carlos Ruiz, un mexicano que aseguró haber vivido en la “perpetua ansiedad” de ser indocumentado durante ocho años. “El movimiento es vida, y tenemos que seguir moviéndonos juntos, seamos de donde seamos, hasta que todos tengamos los mismos derechos”.
