Debo Adegbile merece esta distinción

No va ser fácil seguir los pasos de Tom Pérez, ex-dirigente de la división de derechos civiles federal en el Departamento de Justicia. Pero con la nominación de Debo Adegbile, uno de los campeones de la nueva generación de líderes de derechos civiles, el presidente Obama hizo bien.

Adegbile es uno de los mejores y más inteligentes abogados que he conocido en mis más de treinta años de carrera. Por más de doce años lo he visto representando a la comunidad afro-americana como director ejecutivo del Fondo de Defensa Jurídica de la NAACP, la organización ejemplar de derechos civiles en el país. Y, muchas veces, en conjunto con abogados latinos representando a latinos que sufren de los mismos abusos que la comunidad negra. Conoce a plenitud las leyes sobre el derecho al voto, ya que argumentó dos casos ante la Corte Suprema. Conoce la situación de las víctimas de discriminación laboral, al oponerse a la exclusión de afro-americanos en los bomberos en Chicago, y ha trabajado en uno de los bufetes privados más grandes de Nueva York.

Y por eso es que el núcleo extremo del partido republicano lo ataca.

No es fácil ser una persona sumamente cualificada para implementar las promesas de igualdad en nuestras leyes federales cuando uno tiene décadas de representar comunidades de color. Los extremistas te tilden de ser miope. Si admites que el racismo desafortunadamente existe, porque lo has vivido o lo ha visto directamente, te acusan de ser radical o de tener una agenda racial. Si defiendes el derecho al voto dicen que eres un obstáculo a los esfuerzos de eliminar el fraude electoral. Si te quejas de un sistema criminal que castiga principalmente a negros y latinos ignorando la criminalidad diaria de comunidades blancas, eres débil contra el crimen.

Todo esto, y más, ha llegado a los oídos del licenciado Debo Adegbile. Si a la misma juez Sonia Sotomayor la acusaron de ser miembro de una “organización radical” como el Puerto Rican Legal Defense Fund, que yo tengo el honor de dirigir ahora, como miembro de la junta de directores, ¿qué se puede esperar de un director ejecutivo de una institución homóloga?

Ir a Washington para pasar por esta prueba de fuego no es fácil, pero es necesario. Y en Debo Adegbile tenemos una persona que sí seguirá los pasos de Tom Pérez. Es hijo de inmigrantes de Nigeria e Irlanda. Viene de origines humildes, y hasta fue desamparado por unos años. De ahí llegó a ser uno de los abogados de derechos civiles más respetados en la nación.

Conozco a Debo por años. Representamos por igual a negros y latinos privados de su derecho de votar por ser convictos de delitos, a estudiantes brillantes de estas mismas comunidades que son excluidos de las mejores escuelas secundarias públicas en Nueva York, y a jóvenes sujetos al perfil racial de la policía de la ciudad con su programa de detención y cateo.

Años atrás pude organizar una conmemoración del cuarenta aniversario de la Ley del Derecho al Voto donde participaron Herman Badillo, Gilberto Gerena Valentín, Gerson Borrero y otros. Al fondo del salón estaban dos abogados excelentes de la nueva generación de derechos civiles, Nina Perales y Debo Adegbile. Vinieron para apoyarme y aprender más de las contribuciones puertorriqueñas en la batalla para el voto. En esos entonces veía el futuro. Nina es ahora una estrella entre abogados hispanos. Debo es otra estrella llegando a la cima de un legado de igualdad.

Esperamos que pueda sobrepasar los ataques. Esperamos de él lo mejor.

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