La casa de los espejos de la inmigración

Cuando se trata del tema de la reforma migratoria, se puede contar con que los republicanos lo enfurecerán a uno.

Antes de dirigirse a un retiro anual para legisladores republicanos, el presidente de la Cámara, John Boehner, expresó a reporteros que éste es el momento de encarar el asunto de la inmigración.

Después, en el retiro del Partido Republicano, Boehner dio a conocer una lista de seis “normas” principales que deben guiar a los republicanos para reformar el sistema migratorio. Más de la mitad son inadecuadas o no han sido profundamente analizadas.

En el preámbulo, existe una afirmación absurda de que las leyes migratorias “no se están imponiendo”.

¿De veras? Considerando que el presidente Obama y el Departamento de Seguridad del Territorio habrán deportado casi unos 3.5 millones de personas para el momento en que Obama finalice su periodo. También, los republicanos declaran que la seguridad fronteriza y la imposición de la ley deben venir primero.

Es el pedido habitual de la derecha. En primer lugar, nunca podremos sellar una frontera de 2000 millas, que se extiende por montañas, desiertos, ríos y propiedad privada. Podríamos esperar años hasta que se declarara que la frontera es totalmente segura y, durante ese tiempo, nuestro sistema migratorio se deterioraría cada vez más.

Además, no parece que los líderes republicanos han tenido en cuenta las investigaciones de expertos en la frontera EE.UU.-México, como el profesor de Princeton, Douglas Massey. Massey señala que las murallas y cercas que construimos en la frontera en los últimos 20 años han dificultado que los inmigrantes indocumentados que están en los Estados Unidos vuelvan a México hasta de visita, porque temen que el reingreso sea demasiado difícil. Por lo tanto, se quedan de este lado de la frontera, donde forman familias y echan raíces.

Finalmente, algunas buenas noticias. Con respecto a lo que haremos con los inmigrantes ilegales que ya están aquí, los republicanos acertaron al ofrecer lo que los indocumentados realmente quieren (categoría legal) sin molestarse por lo que a mucho de ellos no les importa (la ciudadanía).

En lo concerniente a los llamados “dreamers” —jóvenes que fueron traídos al país por sus padres— los republicanos acertaron aún más al ofrecer un camino a una residencia legal y la ciudadanía, si se incorporan a las fuerzas armadas u obtienen un título universitario. ¿Les suena conocido? Es la Ley DREAM, en contra de la cual casi todos los republicanos votaron en 2010. Ahora los líderes del Partido Republicano la apoyan.

¿Seguro? En la casa de los espejos conocida como el debate migratorio, las cosas son pocas veces lo que parecen. Varios sitios de noticias de derecha informaron que, según lo que dicen las bases del partido sobre lo que ocurrió en el retiro, Boehner no pareció estar decidido a dar impulso a una propuesta de ley migratoria este año. Sin duda, no trató de venderla. Parece que —a pesar de lo que está diciendo a los medios— es agnóstico al respecto. Nada bueno.

Quizás todas éstas sean maniobras políticas, un intento por parte de los líderes republicanos de la Cámara de engañar a la gente y apartar el tema de la inmigración antes de las elecciones de mitad de período. Sería decepcionante, pero no sorprendente.

Los republicanos, con la ayuda del otro bando, han creado mucha confusión en el debate migratorio. Quizás aún sigan haciéndolo.

The Washington Post Writers Group

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John Boehner

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