Obama va a México con agenda migratoria estancada
Obama no podrá ofrecer buenas noticias a Peña Nieto sobre la reforma migratoria debido a la continua oposición de los republicanos en el Congreso
Washington — El presidente Barack Obama viajará a México para la VII Cumbre de Líderes de América del Norte el martes con el deseo de fortalecer la integración y cooperación regional, pero con una agenda estancada en el Congreso que dificulta el avance de sus prioridades este año.
Obama llegará a Toluca, en el Estado de México, el 19 de febrero, para reuniones bilaterales y en conjunto con el presidente mexicano, Enrique Peña Nieto, y el primer ministro canadiense, Stephen Harper.
La cumbre coincide con el vigésimo aniversario del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), pero se realizará en medio de fricciones entre los tres países y con bajas expectativas de grandes anuncios.
Según funcionarios de alto rango de la Administración Obama, entre los temas de la cumbre figuran asuntos como el comercio, y el deseo de sellar este año el Acuerdo de Asociación Transpacífico (TPP); la escurridiza reforma migratoria, y la seguridad ciudadana en toda la región.
También se analizarán el fortalecimiento de los programas para facilitar el flujo legal de bienes y personas; la situación en torno a la construcción del oleoducto Keystone XL desde Canadá a EE.UU.; la cooperación en materia de educación, energía y cambio climático, y mejoras al manejo de desastres naturales.
Pese a la amplitud de los temas, Obama no podrá ofrecer buenas noticias a Peña Nieto sobre la reforma migratoria debido a la continua oposición de los republicanos en el Congreso.
Tampoco tendrá “vía rápida” para negociar acuerdos comerciales porque el Legislativo en Washington no prevé aprobarla, aunque el Gobierno de Obama insiste en que eso no altera su compromiso con lograr el TPP este año.
Expertos coincidieron en que el clima político en Washington da poco campo de maniobra a Obama.
“El pesimismo sobre la posibilidad de una reforma migratoria y de la autoridad para la vía rápida en el Congreso de EE.UU. va a estropear la cumbre trilateral. El complejo y difícil proceso político en Washington significa que el presidente Obama llegará a México con una posición relativamente debilitada. Los líderes deberían ajustar su retórica y tener cuidado en no alimentar expectativas sobre logros significativos”, dijo Michael Shifter, presidente del Diálogo Interamericano, un centro de estudios.
Maureen Meyer, analista de asuntos sobre México de la Oficina de Washington para América Latina (WOLA), consideró que, aparte de la foto protocolaria, la cumbre “da la oportunidad a los líderes para reafirmar la importancia de la relación norteamericana y los vínculos económicos que los une”.
“En los márgenes, los líderes probablemente discutan otros asuntos importantes que no estén incluidos en la declaración conjunta, como la crisis de seguridad en Michoacán y Guerrero, y el futuro de la cooperación de seguridad entre EE.UU. y México”, vaticinó.
En todo caso, según observadores, la cumbre posiblemente arroje resultados modestos en asuntos de comercio y seguridad que, dada la situación actual, no logren dar a la integración norteamericana el impulso que necesita.