Venezuela divide aguas en América Latina y la Argentina
Una vez más Venezuela desató fisuras, enfrentamientos y contradicciones en la política latinoamericana. Las diferencias domésticas de la Argentina tampoco quedaron ajenas ante la violenta crisis que transita el gobierno de Nicolás Maduro.
La violencia en Caracas en la Argentina expuso los contrapuntos irreversibles que se darán de cara a los comicios presidenciales de 2015.
En la Argentina, los contrapuntos entre kirchneristas admiradores del chavismo y firmes opositores al gobierno venezolano se desataron abiertamente en el análisis de la crisis que vive el gobierno de Maduro.
La Cancillería argentina emitió un comunicado en el que respaldó fuertemente a Maduro y alertó “sobre los evidentes intentos de desestabilización que enfrenta el orden institucional en el país hermano”.
En una abierta toma de posición en favor del presidente venezolano y haciendo oído sordo de las detenciones de opositores, el gobierno de Cristina Kirchner sostuvo que “el legado de represión, masivas violaciones a los derechos humanos y profundización de la pobreza que dejaron las feroces dictaduras que asolaron América Latina ha reafirmado como deber prioritario de las democracias de nuestra región una solidaridad activa y de defensa común frente al accionar de grupos autoritarios, las corporaciones y aquellos ligados a la especulación financiera y productiva que pretenden gobernar de hecho, imponer sus intereses sectoriales y suplantar gobiernos legítimos surgidos de la voluntad popular”.
¿Qué más se podía esperar del kirchnerismo que tiene entre sus filas a un referente como Luis D’Elía que ayer pidió el fusilamiento del opositor venezolano Leopoldo López?
“Nicolás Maduro debe fusilar a Leopoldo López, agente de la CIA”, escribió el líder piquetero en su cuenta Twitter.
En línea con las expresiones de D’Elía, las agrupaciones kirchneristas que integran el espacio Unidos y Organizados se congregaron ayer frente la embajada de Venezuela en Buenos Aires para expresar su apoyo a la “Revolución Bolivariana y al Gobierno del presidente Nicolás Maduro” y alentaron cánticos contra la oposición “desestabilizadora” venezolana.
La contracara de estas expresiones quizás fue muy escasa en la política local. El Pro, la UCR y la Coalición Cívica exigieron activar los mecanismos previstos por los bloque regionales (Mercosur, Celac y Unasur) ante las muertes que hubo en Caracas. A la vez, condenaron la existencia de grupos de choque organizados por el gobierno venezolano destinados a atacar manifestaciones populares opositoras.
El macrista Diego Guelar manifestó que “el pueblo de Venezuela está dando un verdadero ejemplo de civilidad. La inmensa mayoría muestra su voluntad de paz, democracia y justicia”, dijo. Guelar remarcó también que, a diferencia de lo que plantea Maduro, “sólo una minoría ínfima se expresa en forma violenta”.
Desde el Frente Renovador Sergio Massa manifestó que “sólo los débiles y los cobardes persiguen a los jóvenes”, cuando fue consultado acerca de la dura represión que el gobierno venezolano ejerció sobre jóvenes universitarios que marchaban en Caracas en reclamo de más seguridad.
El debate sigue abierto. Seguramente mostrará pujas de ego y algunas muestras de desapego por la democracia.