Equipos Mundialistas Inolvidables: la Naranja Mecánica
En la selección holandesa de la década de los setenta no había mayor terror que el despliegue físico de sus jugadores sin balón

En la llamada Naranja Mecánica, todos los jugadores intercambiaban posiciones Crédito: EFE / archivo
Érase una vez un equipo que revolucionó por completo los sistemas futbolísticos. La Holanda de Rinus Michels era una bomba de tiempo siempre a punto de estallar bajo la precisión de su bujía móvil, Johan Cruyff, en la gestión de un nuevo paradigma, el del Fútbol Total.
Y es que la dinámica de esta escuadra donde todos sus jugadores intercambiaban posiciones parecía un experimento del demonio, bien ejemplificado por una analogía de época: Se trataba de la manifestación futbolística del estrambótico filme de Stanley Kubrick, La Naranja Mecánica, realizado en 1971.
Pero en la selección holandesa no había mayor terror que el admirable despliegue físico de los recorridos hechos por sus elementos, que en la mayor parte del tiempo jugaban sin balón. Michels poseía una gran arma, su evocación táctico-estratégica en la cancha en la figura de Cruyff.
El naranja de la camiseta parecía envolver cada metro de la cancha al ritmo de una sinfonía de Beethoven, como para emular el uso de Kubrick. Rinus había perfeccionado esta aplicación de juego desde que guió al Ajax, también con Johan como su ejecutor en el campo. Para ello, necesitaba contar con futbolistas inteligentes y proactivos, conscientes de su ejercicio táctico para intercambiar posiciones con gran velocidad, pero además una técnica y fortaleza física acordes para poder rotar por todo el campo de juego, casi siempre en forma circular.
Esta virtuosidad colectiva pudo tener su mejor recompensa en el Mundial de Alemania 74, pero en la Final ante los anfitriones sucedió lo impensable: desde el primer minuto una marejada ininterrumpida de 16 toques holandeses derivó en un penalti sobre Cruyff que Neeskens convirtió en el 1-0 pero el oportunismo de Gerd Müller apareció para el remonte justo antes del intermedio. La Naranja Mecánica dominó todo el segundo tiempo pero no pudo contra el oficio de una escuadra bien comandada por Franz Beckenbauer.
De cualquier manera, Cruyff fue condecorado como el Mejor Jugador de la edición. Renunció a jugar el Mundial de Argentina 78 en protesta por la prepotencia política de su federación y contra la dictadura imperante en el país sede.
Holanda tendría algunos predicadores de su filosofía futbolística sin mayor éxito, como la selección de Dinamarca en el Mundial de México 86. Sin embargo, en los Octavos de Final contra España, el tejido total se fue desanudando, porque un inspirado Emilio Butragueño empujó a las redes todo balón que tocó para un total de cuatro en el triunfo de la Furia Roja por 5-0.
Ya en su faceta de director técnico, Johan continuó con este legado en el Barcelona que tuvo una primera época de Campeonísimo de Liga, de 1988 a 96, y esta vez el discípulo avanzado en el campo fue Pep Guardiola, quien en su turno como coach expandió el estilo para construir la etapa más gloriosa en la historia del equipo catalán, ganándolo prácticamente todo de 2009 a 2013.
Cruyff, el eterno Jugador Total, ahora sonríe impartiendo cátedras de desarrollo de negocios futbolísticos, de la misma manera en como lució en la cancha, con elocuencia y predicando con el ejemplo.