Atacando abogados por los actos de sus clientes

Este mes el Senado federal rechazó la nominación de uno de los mejores abogados del país, un abogado de derechos civiles, para el puesto de dirigir en el Departamento de Justicia el cumplimiento de los derechos civiles. La razón por parte de todos los republicanos y los siete demócratas que enfrentaron al Presidente Obama fue sencilla. El abogado trabajó por una organización que representó a un acusado que apeló su sentencia a pena de muerte por el asesinato de un policía en Philadelphia. El hecho que la corte estuvo de acuerdo con la apelación y cambió la sentencia a cadena perpetua no importó en la pesquisa del Senado. El hecho que el nominado tuvo un récord impecable en representar víctimas de discriminación no se tuvo en cuenta.

Debo Adegbile fue castigado por los delitos de su cliente.

Años atrás otro abogado fue considerado por el Senado para un puesto importante en la Corte Suprema. Su récord como juez y como abogado era impecable. En la búsqueda de detalles de todos los casos en que participó encontraron que cuando trabajaba en un bufete privado representó a un criminal convicto de múltiples asesinos. El Senado no se enfocó en la defensa de un asesino en ese caso controversial, y aprobaron la nominación.

John Roberts es ahora el juez principal de la Corte Suprema. No fue castigado por los delitos de su cliente.

Adegbile es afro-americano, hijo de inmigrantes de Nigeria e Irlanda. Roberts es blanco. Cada uno ejercía el deber noble de proveer representación legal a personas acusadas de delitos criminales. En ciertos casos los clientes son controversiales. En algunos casos los clientes son odiados y vilificados por el público. Pero en cada caso la Constitución del país garantiza el derecho de representación legal. Así lo confirmó el colegio de abogados más grande de la nación, el American Bar Association, cuando apoyaron la nominación de Adegbile ante el Senado, no obstante el hecho que Adegbile representó a Mumia Abu-Jamal cuando este fue convicto de asesinar a un policía.

Ante la gran escasez de latinos y afro-americanos en la profesión de abogacía, ahora el Senado añade otro obstáculo: si eres negro o latino y logras ser abogado en este país, cuidado con quién andas. Aceptar casos controversiales es peligroso para tu carrera. Cuestionar la imposición de sentencias severas, como pena de muerte, será prueba de que no tienes el carácter para ser dirigente en un puesto nacional.

Los latinos en los Estados Unidos nunca llegan a más de 4 por ciento de los abogados a nivel nacional. En un mercado donde el número total de abogados está disminuyendo, la tasa de latinos en otras profesiones que requieren estudios graduados más allá que un bachillerato supera la tasa de abogados latinos. Es decir, hay proporcionalmente más cirujanos, médicos, contables, ingenieros latinos que abogados.

Cuando estos abogados trabajan por organizaciones de derechos civiles o derechos humanos, o cuando se oponen a la pena de muerte por razones equitativas o morales, ¿qué mensaje ha dado el Senado federal en su trato a Debo Adegbile? Y si eres un abogado de color, ¿qué puedes esperar de un Senado que rehúsa ver la manera discriminatoria con que trató a Roberts y Adegbile?

Es hora que el Senado rectifique esta injusticia. Es hora de reconocer que los abogados tienen el deber de cumplir con la justicia, sean quien sean sus clientes.

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