Trabajadores de “fast foods” con los peores salarios en EEUU
Un salario anual a jornada completa (raro en la industria) no supone más de $19,000
NUEVA YORK — José Sánchez dice que cobra $6.40 la hora (salario de propinas) trabajando para una franquicia de Domino’s y que le han rebajado las horas hasta 25 o 30 a la semana. “Me da para pagar la renta y para comer mal”, explica este mexicano que movilizó, recientemente, a sus compañeros para reclamar mejores salarios. Todos fueron despedidos hasta que el fiscal de Nueva York forzó a la franquicia a readmitirlos.
Su situación no es infrecuente porque el sector de la comida rápida (fast food), es la zona cero de la desigualdad salarial en el país. Según un análisis de Demos, un instituto de política económica, la compensación de los presidentes ejecutivos de las empresas de comida rápida fue 1,200 veces mayor que el salario de un trabajador medio de esas empresas en 2012. Los datos que se van conociendo del pasado ejercicio permiten estimar que el ratio se mantiene.
Es algo que Demos cree es el resultado de dos factores que van en sentido contrario. Por un lado, el fuerte crecimiento de las compensaciones de los ejecutivos en esta industria que, según este instituto, son “los mejores pagados en América. La compensación media de presidente de una empresa de comida rápida fue de $23.8 millones en 2013”, cuatro veces más que en 2000.
Por otro lado, los trabajadores de los restaurantes de comida rápida son los que menos cobran en el país. Un salario anual a jornada completa no supone más de $19,000 anuales aunque la mayor parte no consigue trabajar a jornada completa, como le pasa a Sánchez. “Estos salarios han aumentado un 0.3% desde 2000”. “He trabajado en otros empleos en los 15 años que llevo en el país y en ninguno así”, explica Sánchez.
Para la firma de investigación, esta situación es problemática, porque buena parte de los empleos que se están creando son en esta industria.
El Instituto de Estudios de Política, indica, además, que la mayor parte de las compensaciones de estos presidentes son deducibles para las empresas, mientras que los contribuyentes tienen que contribuir a los cupones de comida y la sanidad para los pobres.