Reo en Oklahoma tardó 40 minutos en morir por inyección letal
Al condenado a muerte se le suministró una combinación de fármacos nunca usada, y poco después de recibirla empezó a sufrir convulsiones
Washington – Las complicaciones en la aplicación de la pena de muerte a un preso, que falleció de un ataque al corazón más de 40 minutos después de recibir la inyección letal en Oklahoma, obligó a cancelar este miércoles un segundo ajusticiamiento, en la que iba a ser la primera ejecución doble del país desde el 2000.
Según el diario local The Oklahoman, Clayton Lockett, de 38 años y condenado a la pena capital por el asesinato de una joven de 19 años en 1999, se retorció y jadeó cuando le fue administrada la inyección, que contenía una combinación de fármacos nunca usada previamente en el estado de Oklahoma, antes de morir.
Era la primera vez que se utilizaba el fármaco midazolam como parte de una inyección de tres componentes en Oklahoma y poco después de recibir la inyección, el preso empezó a sufrir convulsiones.
Una media hora después del inicio de la ejecución, el director del Departamento Correccional de Oklahoma, Robert Patton, anunció que se cancelaba, porque los medicamentos no estaban fluyendo por las venas del reo, pero a continuación Lockett fue declarado muerto por un ataque al corazón.
Patton pidió entonces el aplazamiento hasta dentro de 14 días del otro ajusticiamiento previsto para este miércoles , que se esperaba que se produjera dos horas después del primero, el de Charles Warner, de 46 años y culpado por el asesinato de un bebé de 11 meses.
Iba a ser la primera ejecución doble en Estados Unidos en lo que va de siglo XXI, puesto que la última vez en que ajustició a dos internos el mismo día fue el 9 de agosto de 2000 en Texas, y la primera en el estado de Oklahoma desde 1937.
En los últimos meses, se han dado varios episodios de complicaciones en la aplicación de la pena de muerte en Estados Unidos.
La mayoría de los 32 estados donde está en vigor la pena capital en la nación están teniendo problemas para conseguir los componentes con los que se fabricaban las inyecciones letales convencionales.
Ante este escenario, algunos estados están probando inyecciones letales con fórmulas alternativas y otros incluso han planteado el uso obligatorio de la silla eléctrica si no hay medicamentos disponibles.
Oklahoma cambió la ley que regula la aplicación de la pena de muerte a finales de marzo y permitió el uso de cinco diferentes combinaciones de medicamentos en la inyección letal, tras los problemas que se produjeron en sus primeras ejecuciones del año.
A principios de abril el estado informó a los abogados de los presos de que emplearía una inyección letal con el anestésico midazolam, el paralizante bromuro de pancuronio y cloruro de potasio, que detiene el ritmo cardíaco.
Lockett y Warner demandaron al estado por no haber recibido información sobre dónde había adquirido el estado los fármacos ni evidencias de que estos medicamentos fueran seguros.
El Tribunal Supremo de Oklahoma suspendió entonces las ejecuciones de ambos reos, aunque finalmente canceló su decisión.