Personajes disfrazados y vendedores de Times Square forman alianza
“Artistas por una sonrisa” se une con “El Proyecto de Vendedores Ambulantes” en busca de derechos laborales
La recientemente conformada asociación “Artistas de Nueva York por una sonrisa” y “El Proyecto de Vendedores Ambulantes” realizaron su primera conferencia de prensa conjunta en Times Square este martes en busca del reconocimiento del público por su labor. La comunicación llega después de tensiones con la Policía de Nueva York, que calificaron como un acoso y una violación de sus derechos constitucionales.
La Presidenta Ejecutiva de “La Fuente”, Lucía Gómez, explicó que estos trabajadores tienen derecho al espacio público y que no están violando ninguna ley por trabajar por propinas. “Aunque las propinas no son obligatorias en el caso de los personajes disfrazados si son altamente apreciadas porque se trata de un trabajo como cualquier otro”, dijo.
Sean Basinski, director del “Proyecto de Vendedores Ambulantes”, dijo que sus miembros también se sentían acosados por NYPD constantemente y que por eso se habían unido con los demás artistas para luchar por sus derechos. “Una regularización debe incluir a todos los trabajadores de la calle. Tenemos derecho a ganar el sustento de nuestras familias en nuestro espacio, es decir en el espacio público que es el espacio de todos”, dijo.
En medio de consignas como “¡si se puede!” y “¡Artistas Unidos!”, los manifestantes hicieron públicos sus principios de trabajo que incluyen: respeto por los demás trabajadores de la calle, derecho a trabajar por propinas, tomarse fotos es opcional, representar personajes es una forma de entretenimiento y los artistas trabajan por la sonrisa del público.
Gómez dijo que ya habían tenido un contacto inicial con la Policía de Nueva York para abrir la discusión y poder encontrar un acuerdo.
“No me da pena mostrar mi rostro porque no estoy hacienda nada malo”, dijo Jhovana Meléndez, una peruana enfundada en un traje de Minnie mientras sostenía la máscara con su mano bajo los 80 grados de temperatura.
“No queremos ser más el blanco de la Policía, queremos que nos den opciones para trabajar”, dijo.