Batum recubre a Francia de bronce

La imprecisión inicial de los lituanos convivió con el buen movimiento del balón de los franceses en ataque.

Nicolas Batum, ya en velocidad de crucero, se elevaba sobre el resto con su juego elegante y efectivo, acompañado de un Joffrey Lauvergne incisivo en ataque y rocoso en el rebote defensivo.

Francia optó por continuos aclarados en ataque para Batum, Boris Diaw y Antoine Diot, mientras que Lituania surtió de balones a Valanciunas y encontró en la rapidez de Martinas Pocius un buen complemento a la hora de sumar. Jonas Maciulis, nuevo fichaje del Real Madrid, aportó el equilibrio necesario en su equipo.

Al descanso, marcador de 42-43 y la sensación de que la responsabilidad de ambos equipos estaba restando brillantez al partido y de que podían ofrecer mucho más baloncesto.

Del duelo Batum (19 puntos al final del tercer cuarto) y Valanciunas (18) salió ganador, de momento, el equipo lituano por la aparición de un Renaldas Seibutis que anotó 9 puntos casi seguidos para poner un 71-64 a los 30 minutos de juego.

Francia no quiso ceder más terreno y tener que hacer una remontada heroica con pocos minutos de margen, así es que salió a por todas desde el inicio del último periodo, 73-70 (min.32). Con Batum, quién si no, de estilete.

A seis minutos para el final (75-75) la ansiedad, los nervios y el miedo a fallar comenzaron a pasar factura. De hecho durante casi dos minutos no hubo punto alguno hasta que la selección francesa volvió a adelantarse fugazmente.

Dos canastas de Diaw (80-84) le dieron a los franceses la oportunidad de llegar a la lotería de los tiros desde la personal con una ventaja que no desaprovecharon. Hasta 26 tiros libres se lanzaron en los últimos 33 segundos.

Francia no cometió ningún error en esta fase y consiguió la medalla de bronce, su primera presea en un Mundial de baloncesto, mejorando la cuarta posición de Brasil 1954.