Encuentran barco británico desaparecido en el Ártico hace casi 170 años
Investigadores canadienses hallaron el Erebus, uno de los dos buques dirigidos por el explorador británico John Franklin y cuya pista se perdió en 1845 cuando intentaban llegar al llamado Paso del Norte.
Investigadores canadienses hallaron lo que aseguran que es uno de los dos buques del explorador británico Sir John Franklin que desaparecieron en el Ártico hace más de 160 años.
El primer ministro de Canadá, Stephen Harper hizo el anuncio sobre el hallazgo, que los investigadores esperan, correspondan al Erebus o al Terror, los naviós de la expedición de Franklin que se extraviaron mientras buscaban el llamado Paso del Noroeste en el Artico.
Harper explicó que un submarino operado por control remoto había encontrado restos de una nave y agregó que los investigadores no están seguros aún de cuál de los dos barcos se trata.
“Encontrar el primer buque, sin duda, proporciona el impulso o el viento necesario en nuestras velas para localizar su nave hermana y averiguar más sobre lo que pasó con la tripulación de la expedición Franklin”, dijo Harper.
La pista del HMS Erebus y el HMS Terror, así como el de sus tripulaciones, 129 hombres en total, se perdió en 1845.
El Erebus y el Terror eran considerados las joyas de la marina inglesa del momento.
Con esos barcos Franklin y su segundo, el capitán Francis Crozier, pretendían trazar el Paso del Noroeste en el Ártico canadiense que une al océano Atlántico con el Pacífico.
Los expedicionarios zarparon de Inglaterra el 19 de mayo de 1845 y fueron vistos por última vez en agosto de ese año por cazadores de ballenas que navegaban por la Bahía de Baffin.
Salvo relatos de pobladores indígenas inuit de la zona, ningún europeo volvió a ver a los expedicionarios.
La desaparición de la expedición se convirtió en uno de los grandes misterios de la era de la exploración victoriana.
En su momento se puso en marcha una enorme operación de rescate, una de las mayores de la historia, que se prolongó de 1848 a 1859.
Fue la propia esposa de Franklin quien encabezó la búsqueda, a la que se unieron más de 50 expediciones.
Los rescatistas incluso dejaron en el hielo latas de comida, con la esperanza de que los tripulantes las encontraran y les ayudaran a sobrevivir.
Según los inuit locales, los expedicionarios desesperados recurrieron al canibalismo antes de morir en las heladas inmensidades.
Los cuerpos de tres de los integrantes de la expedición de Franklin encontrados en la década de los 80 arrojaron altos niveles de plomo, por lo que muchos creen que la tripulación murió envenenada por culpa de alimentos enlatados que habrían sufrido contaminación por latas de mala calidad.
El equipo canadiense que dió con los restos de la nave de Franklin trabaja en su búisqueda desde 2008, intentado resolver una de las grandes tragedias, y misterios, de la era de los descubrimientos.