RegÍstrese para votar
Votar es el ejercicio más importante de una democracia. El respaldar en las urnas a un candidato, o una iniciativa electoral, significa hacerse escuchar y dar su opinión en las cuestiones que uno considera importantes. No hacerlo es callar y ceder la palabra, porque votar o no votar tiene consecuencias.
El Día Nacional del Registro del Votante, celebrado ayer en todo el país es un esfuerzo que crece desde hace tres años gracias a la labor de las organizaciones sin fines de lucro y del sector privado.
La meta es muy simple, dedicar una fecha para anotar en el padrón electoral la mayor cantidad de personas en condición de votar. Pero lo más importante, además de la gente que se registró ayer, es que quedan muchos días por delante para hacerlo. En Nueva York la fecha límite de registro para votar es el próximo 10 de octubre.
Falta más de un mes, pero no hay que dejarse estar. Mucho menos este año en que la frustración con el tema de la inmigración ha quitado el entusiasmo de participar a mucho latinos en el próximo comicio. Hay muy poco ligado directamente a la inmigración en un ciclo electoral intermedio, en donde se juegan cargos estatales y los del Congreso federal. Es muy importante en este caso votar a favor o en contra (por el rival) de un legislador con un record anti-inmigrante.
El votar es una acción personal y privada, pero su resultado colectivo puede se sorprendente.
El mejor ejemplo de esto es el voto latino cuyo impacto sería transformativo si los votantes en potencia se registraran para hacerlo.
Ese es el caso de Texas. Si se registraran y votarán los 2.1 millones de latinos en condiciones de hacerlo, muchos resultados serían distintos en ese estado. Lo mismo ocurriría con California 2 millones de votantes latinos en potencia no registrados , en Florida 608 mil y en Arizona 405 mil. Estas son diferencias que definen elecciones.
La apatía electoral es un problema serio en Estados Unidos. Muchos inmigrantes vienen de países en donde la gente ha luchado y muerto por querer votar, por expresarse políticamente. No adoptemos la mala costumbre de no votar. Por el contrario, en un ambiente de pocos votantes, el poder del que acude a la urnas se multiplica. Si puede, regístrese y vote