Los Bengals no han dejado de ser gatos
Cincinnati perdió el invicto con Nueva Inglaterra y demostró que sigue siendo un equipo sin garra
Tom Brady se repuso de uno de sus peores juegos para conducir a los Patriots a una victoria contundente sobre los Bengals de Cincinnati el domingo en la noche.
Brady, claramente motivado por los múltiples comentarios durante la semana de que su declive ha comenzado, se dio vuelo con pases rápidos por el centro y la línea ofensiva de Nueva Inglaterra dominó la trinchera, lo cual se tradujo en 220 yardas por carrera.
Se comprobó, pues, que los Pats pueden seguir siendo los viejos Pats, gallardos y eficientes. Pero también se comprobo que los Bengals siguen siendo los mismos: un equipo sin personalidad, con talento, pero sin alma.
Cincinnati llegaba al partido invicto, incluso había tenido su semana de descanso, lo que suponía tiempo de sobra para preparar un juego grande como lo es meterse a la casa de Brady; un partido para enviar un mensaje a toda la liga, un aviso de que los hombres de las ridículas rayas naranja están listos para ser protagonistas y dominar.
Pero no. Andy Dalton, el “Canelo”, volvió a ser el tipo indolente; A.J. Green, el talentoso receptor, perdió un fumble al primer contacto fuerte; la defensa fue exhibida y al coach Marvin Lewis, siempre inexpresivo, sólo se encogía de hombros.
Los Bengals van a llegar de nuevo a los playoffs de la AFC, pero igual que antes no pasará nada con ellos; son los mismos de siempre, unos felinos sin raza, sin garra.