Victoria preliminar ayuda a Latinas

@LJCartagena

El derecho al trato digno y respetuoso es de suma importancia para trabajadoras latinas de cada índole pero especialmente para ellas que trabajan por salarios bajos. En esos lugares la explotación se dirige por hombres aprovechadores que actúan en un vacío de conocimiento de las normas de este país.

El acoso sexual no se limite a los extremos de la violación o ataques físicos. Las leyes federales también prohíben cualquier contacto táctil, cualquier comentario inapropiado y cualquier gesticulación sexual no bienvenida que sea dirigida a cualquier mujer. Y cuando la víctima trabaja en un lugar donde no se ha establecido los procedimientos para entablar quejas de acoso sexual, las leyes anti-discriminatorias tienen más fuerza aún.

Así lo comprobaron siete mujeres latinas que trabajan en una lavandería industrial de Long Island en el caso EEOC v. Suffolk Laundry Services decidido la semana pasada. Ellas tuvieron que aguantar las caricias forzadas de su supervisor masculino. Tuvieron que oír sus comentarios vulgares .

Al no saber si existía una política laboral que prohíbe estos actos o un procedimiento para aliviar la situación las mujeres se quejaron con el dueño de la empresa. El supervisor no fue reemplazado o ni siquiera transferido. Ante la corte los dueños admitieron que no vieron la necesidad de hacer una investigación “formal”, que lo que hicieron fue “breve” porque no era para tanto.

La corte federal no lo vio tan sencillamente. Cada patrón tiene que establecer y difundir una política anti-discriminatoria que incluye la prohibición del acoso sexual y con procedimientos claros para entablar querellas.

Hubo aquí, dijo la corte, evidencia suficiente para permitir más evidencia que en Suffolk Laundry hubo un ambiente hostil y discriminatorio.

Los dueños, sin embargo, trataron de echarle la culpa al supervisor y mantenerse alejado de las acusaciones. El acoso sexual no fue autorizado por ellos, argumentaron. Y la corte no le hizo caso. La culpabilidad de los dueños es debidamente causada al no tener una política anti-discriminatoria que sea conocida por sus trabajadores, concluyó.

“Con este caso nuestras clientas quisieron enviar el mensaje que cada trabajador, inclusive mujeres que trabajan por menos ingresos y con menos adiestramiento en inglés, tiene el mismo derecho de trabajar en un ambiente libre de discriminación por género sexual”, dijo la Lcda. Elizabeth Joynes de LatinoJustice.

Aun siendo una victoria preliminar, la lección es igual. O tratas a la trabajadora latina con la dignidad que se merece, o pagas las consecuencias

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