Amante de esposa de Aldo Sarabia dice que fue un accidente

Aunque todo parecía indicar que el asesinato de Aldo Sarabia, integrante de la Banda El Recodo, había sido planeado por su esposa Alma Delia Chávez Guerrero y su amante Yahir Alfredo Sandoval Estrada, ahora una nueva versión del crimen que salió a la luz tras la primera declaración de este último lo pone en duda.

Cuando se descubrió el cadáver del músico hace dos días, Marco Antonio Higuera Gómez, procurador de justicia de Sinaloa, informó que el crimen fue pasional. Sin embargo, el acusado declaró esta mañana en el juzgado que el día en que recogieron a Sarabia sólo querían hablar con él del divorcio de la pareja, según informó el portal Noroeste.com.

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En ese momento, la mujer conducía por la carretera en dirección a El Recodo y aseguró que el trompetista no se lo tomó muy bien, y que de repente empezó a forcejear con su esposa y ella se bajó del vehículo.

A pesar del incidente, los dos hombres siguieron manejando hasta que empezaron a forcejear, y fue entonces cuando el sospechoso le dio un tiro a Sarabia accidentalmente.

Tras esto, el acusado declaró que se deshizo del cuerpo -aunque no pudo puntualizar dónde ocurrieron los hechos porque al parecer no conocía el lugar-, limpió sangre y volvió a por Alma, a quien le dijo que su esposo se había ido con unos amigos.

Sandoval Estrada, quien estuvo prestando declaración alrededor de una hora, dijo que no quería asesinarlo y que estaba arrepentido, de acuerdo a información publicada en el citado portal.

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Por otro lado, Chávez Guerrero se reservó el derecho a declarar y se negó a responder las preguntas de la fiscalía aconsejada por su abogado, Luis Noriega Ordorica; además certificó que la forzaron a firmar la declaración en la que supuestamente apuntó que Sandoval Estrada se subió al vehículo y asesino al músico a sangre fría.

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El 14 de octubre la familia reportó al músico como desaparecido en el puerto de Mazatlán, Sinaloa, donde tenía su morada y una familia medio disfuncional.

“La esposa estaba llena de rencor”, aseguró el fiscal del estado, Marco Antonio Higuera, quien siguió la investigación y las pesquisas de los implicados que narraron los hechos del crimen contra el menor de nueve hermanos en una familia humilde que le dio por la música.

Sarabia se la pasaba de concierto en concierto, de jueves a domingo, mientras su esposa Delia permanecía en casa, cuidando a la niña de ambos.

Al final estaban casi siempre separados pero mantenían una comunicación constate.

El domingo previo al asesinato, el trompetista avisó a la mujer que pasaría a verla a su casa al día siguiente, 13 de octubre, y con esa información a la mano Delia planeó la muerte.

“Nos conviene el beneficio económico”, aseguró a su amante Yahir Alfredo Sandoval Estrada.

Yahir Alfredo era un carnicero que trabajaba en un centro comercial de Culiacán, la capital sinaloense, a quien la viuda conoció cuatro meses atrás, cuando una prima los presentó en un viaje al puerto. Sandoval se enganchó y se mudó “loco de amor” para Mazatlán.

No dudó en comprar una pistola nueve milímetros con los 400 dólares que le dio Delia ni en esconderse en el portaequipaje de la camioneta para esperar el momento justo de disparar a su rival de cama camino a la marisquería donde supuestamente comerían marido y mujer.

Después tomó el mando de la vagoneta y se internó en el monte para enterrarlo, justo por donde llegó la música de percusiones que trajeron un grupo de inmigrantes alemanes que se asentó en la sierra sinaloense a finales del siglo XIX y luego volvió a El Recodo como música de banda.