Muerte digna y derecho a abortar

César Leo Marcus escribe sobre inmigración y otros temas de interés para la comunidad latina

Britanny Maynard, una mujer de 29 años de edad, tenía cáncer cerebral terminal y el sábado 2 de noviembre puso fin a su vida, bajo la “Ley de Muerte Digna” que existe en Oregón, la decisión fue apoyada por su esposo, su madre y padrastro. Maynard se había graduado en la Universidad de Berkeley, California, con una Maestría en Educación.

Maynard tenía el estadio IV de glioblastoma multiforme, una forma agresiva de cáncer cerebral terminal, y su historia se propagó rápidamente en las redes sociales, por un video donde explica personalmente su elección, un video que obtuvo más de 9 millones de visitas en YouTube. Con este video, Maynard se convirtió en la portavoz de “Muerte con Dignidad”, un movimiento que aboga para que a los pacientes con enfermedades terminales se les permita recibir la medicación que los ayude a morir en el momento que lo deseen, sin pasar por la penuria de terminar sus días en la sala de terapia intensiva de un hospital.

El debate se ha prolongado durante siglos, ya que se debe pensar filosóficamente, centrándose en los conceptos de la dignidad humana y la santidad de la vida, que descubre suposiciones contradictorias y perjudiciales que subyacen a ambos lados del debate.

Desde Moisés, Cicerón o Kant, la religión, la metafísica y el pragmatismo revelan cómo los argumentos, tanto de apoyo o de crítica, socavan los propios conceptos incondicionales de la dignidad humana y la santidad de la vida, con una lógica condicional oculta, a menudo ligada a las preocupaciones sociales, conceptuales y culturales. Sostener que la mayoría de las religiones prohíben el suicidio es parte del debate, donde la “Muerte Digna” es un aforismo para denominar al “Suicidio Asistido”, pero también son parte del debate quienes consideran que abogar por la libertad absoluta, es tener el poder para determinar la forma de morir, ya que somos los únicos dueños de nuestros cuerpos.

Es importante analizar que el argumento que sostienen quienes están a favor de “Muerte Digna” o “Suicidio Asistido” es el mismo que proclaman quienes defienden el aborto, “Libertad de las personas a elegir qué hacer con su cuerpo”, y en este punto debemos dividir las “libertades’. Una cosa es contemplar la idea del suicidio en base a una enfermedad incurable (que podrá debatirse) y otra muy diferente es asesinar a un ser indefenso que está en el vientre de una mujer.

Es bueno aclara que, de acuerdo con la División de Salud Pública de Oregón, donde la ley de “Muerte Digna” fue promulgada en 1997, en los últimos 17 años un total de 1.173 personas han solicitado prescripciones para recibir la medicación y solo 752 personas han utilizado las recetas.

Hasta la próxima

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