Impiden entrada a su oficina al rector de la UNAM

El “Fuera Narro” se extiende en la Universidad Nacional Autónoma de Méxco; barricadas sacan al rector a oficina alterna

Barricadas en los accesos de la Rectoría de la Máxima Casa de Estudios de México.

Barricadas en los accesos de la Rectoría de la Máxima Casa de Estudios de México. Crédito: Twitter

La Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) amaneció con barricadas en su circuito interno así como en el cruce de avenida Insurgentes y el Eje 10 Sur, mientras el acceso a la Rectoría continúa bloqueado por encapuchados que, de acuerdo con reportes de prensa, le impidieron el acceso a las oficinas al Rector José Narro Robles, que despachará en una oficina alterna.

El “Fuera Narro”, que empezó como un incidente policiaco, se ha extendido por las facultades. En el campus las clases transcurren con normalidad. En la Facultad de Filosofía y Letras, sólo las primeras clases fueron suspendidas.

De acuerdo con estudiantes vía Twitter, que regresan a clases luego del fin de semana largo, en la entrada del estacionamiento de la facultad se registró una fogata. Ayer, algunos estudiantes denunciaron un presunto espionaje en sus reuniones estudiantiles por lo que demandaron la renuncia de la directora de la Facultad de Filosofía y Letras, Gloria Villegas Moreno, y su cuerpo directivo; así como el desmantelamiento de cámaras de vigilancia. Asimismo, se deslindaron de la toma de Rectoría por encapuchados desde el domingo que exigen la renuncia del rector Narro Robles.

La línea 3 del Metro y el Metrobús que llevan a Ciudad Universitaria brindan servicio con normalidad. Sin embargo, el transporte Pumabús fue suspendido en el circuito interno de CU, por lo que cientos de jóvenes deben caminar desde las estaciones de los transportes públicos a sus facultades. Elementos de la Secretaría de Seguridad Pública del Distrito Federal (SSPDF) se encuentran en el cruce de Insurgentes y Eje 10 sur para vigilar el que el servicio del Metrobús no sea interrumpido, así como para intervenir en caso de que se registre alguna agresión contra este transporte público como sucedió recientemente.

La incursión de personal de la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal (PGJDF) al campus de Ciudad Universitaria de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y la agresión con arma de fuego contra estudiantes, ocurrida el pasado sábado 15, ha derivado en exigencias de los universitarios y sus padres para que se esclarezcan los hechos e incluso en demandas por la renuncia del rector José Narro Robles.

Ni la tardía respuesta del rector -quien hasta un día después condenó lo hechos y aseguró que la institución ya presentó una denuncia- ni la disculpa del gobierno capitalino sirvieron para amainar el repudio de la comunidad estudiantil, que desde el sábado mostró su rechazo tanto al ataque cometido por un policía de Investigación capitalina como a la entrada de los agentes al campus universitario, al señalarla como una violación a la autonomía de la Universidad.

La incursión de alrededor de 500 granaderos por la noche del sábado, luego de que un grupo de encapuchados quemó el automóvil en el que ingresaron los agentes de la PGJDF, terminó por atizar el repudio de los universitarios. Simultáneamente, desde el sábado el hashtag #FueraNarrodelaUNAM se volvió trending topic en Twitter, e incluso sirvió como lema para convocar a la movilización del domingo.

En la marcha, también hubo consignas de repudio al rector, como “Fuera Narro”, “Narro, fascista, tenías que ser priista”, “Narro, escucha, exijo tu renuncia”, “Narro y Mancera, la misma chingadera”.

El pasado sábado alrededor de las 12:30 del día un automóvil Sentra plateado, con placas 982 WGE, ingresó a Ciudad Universitaria y, tras estacionarse frente a la Facultad de Filosofía y Letras (FFyL), sus ocupantes comenzaron a tomar fotografías hacia el auditorio “Justo Sierra”, rebautizado como “Che Guevara”.

Al percatarse de ello, algunos jóvenes los increparon y les pidieron que se retiraran. Según lo que estudiantes que se encontraban en el lugar declararon a la prensa, cuando le cerraron el paso al automóvil uno de los sujetos sacó un arma y comenzó a disparar. Los servidores públicos abandonaron el vehículo y echaron a correr sobre el circuito escolar rumbo a la avenida Insurgentes; al parecer tres de ellos tomaron un taxi, mientras que el hombre que había disparado de nuevo abrió fuego, hiriendo en el muslo izquierdo al estudiante Miguel Ángel Ordaz y de un rozón en la rodilla a otro joven.

Una perra también fue herida. En el lugar quedó el vehículo en el que ingresaron, donde los estudiantes que atestiguaron la agresión encontraron el gafete de Rodolfo Lizárraga Rivera, Oficial Secretario del Ministerio Público de la Agencia Poniente de la PGJDF. Según la versión que horas más tarde dio la procuraduría capitalina, junto con el Oficial Secretario se encontraban un agente de la Policía de Investigación capitalina, dos peritos y un abogado de la UNAM (aunque las versiones de los estudiantes refieren sólo a cuatro personas), quienes habían acudido a la FFyL a realizar “una diligencia” como parte de una investigación por el robo de un teléfono celular, cometido tres días antes.

La UNAM emitió también un comunicado en el que respaldó la versión de la PGJDF sobre la diligencia ministerial. La PGJDF refirió además que los servidores públicos “fueron agredidos de forma verbal y física, por un grupo de aproximadamente 20 personas, quienes pretendían retenerlos.”.

Según la procuraduría, el agente de Policía de Investigación -que después fue identificado como Luis Javier Aguinaga Saavedra- dijo haber disparado al aire “para evitar el ataque”.

Las horas siguientes transcurrieron sin que policías o elementos de Auxilio UNAM acudieran al lugar donde ocurrió el ataque para custodiar el lugar y resguardar las evidencias. Alrededor de las 21 horas, un grupo de jóvenes con los rostros cubiertos tomó un Pumabús (como se llama el transporte interno universitario) para arrastrar el vehículo en el que habían ingresado los agentes de la PGJDF hasta la lateral de la avenida Insurgentes, donde le prendieron fuego.

A los pocos minutos, unos 500 granaderos llegaron al lugar y formaron una valla con sus escudos frente al puente peatonal que cruza la avenida, mientras que los estudiantes colocaron barricadas sobre el circuito escolar.

Desde ahí, lanzaron piedras, botellas y otros objetos a los granaderos, quienes respondieron lanzando también los proyectiles. En algún momento del enfrentamiento, un grupo de granaderos ingresó al campus universitario. Poco después de las 22 horas, los granaderos se retiraron.

Mientras tanto, a través de las redes sociales los estudiantes de la UNAM llamaron a manifestarse al día siguiente en la “marcha en defensa de la autonomía”.

El domingo cerca de mil universitarios, junto con padres de familia, marcharon de la estación del metro Copilco a la torre de Rectoría para protestar en repudio al ingreso de elementos de la PGJDF a Ciudad Universitaria. No sólo eran estudiantes de la UNAM, sino también de otras escuelas como la Universidad Autónoma Metropolitana, de la Autónoma de la Ciudad de México o del Instituto Politécnico Nacional.

Los manifestantes llamaron a marchar con los rostros descubiertos y acordaron que sería pacífica. Cuando el contingente pasó frente al auditorio “Che Guevara”, miembros del grupo que ocupa el inmueble desde hace 14 años, muchos de los cuales tenían los rostros cubiertos, se sumaron tras debatir con el resto de los manifestantes respecto al final de la marcha.

Sin embargo, avanzaron juntos hasta la explanada de Rectoría. Ahí, los embozados intentaron entrar por la fuerza al edificio de Rectoría e intentaron romper algunos de sus ventanales, acciones rechazadas por la mayoría de los manifestantes, quienes reiteraban el carácter pacífico de la protesta.

Luego de la marcha, jóvenes encapuchados realizaron un bloqueo sobre la avenida Universidad y momentos después prendieron fuego a unos botes de basura. En tanto un grupo de manifestantes bloqueó la entrada de otra tienda de manera pacífica en Copilco y un grupo de jóvenes encapuchados bloqueó la avenida Universidad a la altura de un Superama donde prendieron fuego a botes de basura.

Al lugar arribaron policías para replegarlos y liberar la vialidad.

Tras más de un día de ocurrida la agresión por elementos de la PGJDF y varias horas después de la marcha de los universitarios, el rector Narro Robles apareció hasta el domingo por la tarde-noche. En una conferencia de prensa, el rector dijo que “no es deseable la presencia de la fuerza pública en nuestras instalaciones. No forma parte de nuestra normalidad”.

Narro también se refirió a las manifestaciones al decir que “todas las expresiones no violentas son admisibles” y exhortó a los universitarios a mantenerse “en el marco de la ley, a preservar nuestra institución, el trabajo sistemático de la Universidad”.

Previamente, ese mismo día y en un breve mensaje a los medios de comunicación, el secretario de Gobierno capitalino, Héctor Serrano Cortés, había ofrecido una disculpa a la comunidad universitaria, a sus autoridades y a la opinión pública por la incursión, además de informar que se ejercería acción penal contra el policía de investigación Aguinaga Saavedra por los delitos de lesiones y abuso de autoridad y que el Director General de la Zona Sur de la Secretaría de Seguridad Pública, Luis Martín Rodríguez Jiménez, había sido separado de su cargo.

En su turno, Narro recibió la disculpa de la autoridad local, además de que informó que se había presentado una denuncia por la agresión. Sin embargo, no aclaró por qué las autoridades de la UNAM permitieron la entrada de agentes de la PGJDF ni por qué los acompañaba un abogado de la UNAM.

Este lunes, padres de familia de estudiantes de la UNAM que participaron en la marcha de ayer anunciaron que presentarán una denuncia por el ingreso de policías y criticaron al rector Narro por permitir el ingreso de policías a la Universidad, hecho que consideraron parte de una política represiva. En un comunicado que hicieron público las primeras horas de este lunes, los padres resaltaron que la universidad es un espacio de ideas, no de balas, y exigieron al rector Narro una explicación puntual de lo ocurrido. Además, lo responsabilizaron, junto con el Jefe de Gobierno capitalino y el Presidente Enrique Peña Nieto, por las agresiones que pudieran darse contra los universitarios. “En ese orden pedimos cuentas y también exigiremos justicia si algo ocurre en contra de los estudiantes”, advirtieron. La Asamblea Interuniversitaria, que agrupa a las representaciones de distintas universidades, también expresó su repudio a las dos incursiones de policías al campus universitario al considerarlas violaciones a la autonomía de la UNAM y demandó al rector que explique cómo fue que elementos de la PGJDF ingresaron armados a Ciudad Universitaria Además, calificó los hechos como “un acto de provocación gubernamental contra la comunidad universitaria”, por lo que llamo a todos los estudiantes del país a movilizarse “contra la represión y por la defensa de la autonomía universitaria”.

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