Cómo los indocumentados pueden impulsar la economía de Estados Unidos

Se estima que el alivio genere, en el corto plazo, rentas del trabajo de unos US$6,800 millones

El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, enfadó a muchos cuando anunció su decreto ejecutivo de medidas migratorias en Estados Unidos sin contar con la aprobación del Congreso.

Pero una de las potenciales consecuencias del plan -el estímulo que significará para la economía estadounidense-, puede influir en muchos ciudadanos cuya principal preocupación sigue siendo la lenta recuperación económica.

La pregunta evidente es la magnitud del estímulo que pueden suponer estas medidas, que proporcionarán a unos cuatro millones de migrantes indocumentados un camino para adquirir estatus legal.

Las medidas también modificarán parte del proceso para obtener visados en el caso de los trabajadores altamente cualificados que trabajan en el sector tecnológico.

Un estudio de economistas de la Universidad de California Los Angeles (UCLA) estima que esta propuesta generará, en el corto plazo, rentas del trabajo de unos US$6,800 millones, creará unos 160,000 puestos nuevos y aportará unos US$2,500 millones en impuestos.

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Otro estudio, realizado por la Casa Blanca, estimó que en el largo plazo, el plan aumentará el Producto Interno Bruto de Estados Unidos (PIB) entre un 0,4% y un 0,9%, lo que supondría un aumento de entre US$90.000 millones y US$210.000 millones en los próximos 10 años.

Alex Nowrasteh, analista de políticas migratorias en el conservador Insitituto Cato de Washington, opina que “todo el mundo está de acuerdo en que la legalización proporcionará beneficios económicos”.

“La discusión está en hasta qué punto”, añade.

Muchos economistas están de acuerdo en que hay dos vías principales por las que las medidas migratorias de Obama afectarán a la economía de Estados Unidos: a través de los salarios que se pagan a los trabajadores no cualificados, y por el aumento en la productividad derivado de permitir a más trabajadores cualificados entrar a formar parte de la fuerza laboral del país.

Los mejores datos para evaluar este segundo supuesto provienen de 1986. Es el año en que el entonces presidente de Estados Unidos, Ronald Reagan, anunció un programa de amnistía por el que los inmigrantes indocumentados que llevaban viviendo en el país desde 1982 podían optar a un estatus legal temporal.

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Los académicos que han estudiado el impacto del programa en estos inmigrantes concluyeron que sus salarios aumentaron entre un 5% y un 10%.

Este aumento salarial se debió a varios factores, según Giovanni Peri, profesor de Economía de la Universidad de California.

Tradicionalmente, los trabajadores inmigrantes en situación irregular no podían cambiar de trabajo por miedo a ser reportados a las autoridades, por lo que no podían buscar empleos más adecuados a sus capacidades.

Además, los inmigrantes indocumentados que consiguen la amnistía “invierten más en sus habilidades y su formación porque saben que van a permanecer en el país por un tiempo mayor”, dice Peri.

Esto provoca aumentos salariales en toda la escala, como se registró tras las medidas adoptadas por Reagan.

En este caso, la pregunta no es si aumentarán o no los salarios, sino cuántos trabajadores participarán en la iniciativa de Obama.

Muchos observadores esperan una participación similar o incluso menor esta vez, porque la orden de Obama no proporciona un estatus completamente legal a los inmigrantes.

“Solo esperamos que unos dos millones de personas se acojan, lo cual no es un dato enorme en una fuerza laboral de 150 millones”, dice Randy Capps, director de investigación en el Instituto de Política Migratoria.

Además, Capps dice que el beneficio en términos impositivos sería casi nulo.

Esto es así porque entre un tercio y dos tercios de estos inmigrantes ya trabajan con números falsos de la Seguridad Social, por lo que ya están contribuyendo al sistema impositivo.

Otro aspecto de la reforma implica cambiar las restricciones de visados para los inmigrantes altamente cualificados, algo que hace tiempo que exigen las empresas de Silicon Valley.

Aunque las medidas de Obama se quedaron cortas en la larga lista de peticiones de las empresas tecnológicas, sí que habrá beneficios económicos, dice Capps.

El mayor cambio implica a las esposas de estos trabajadores, que no podían trabajar en Estados Unidos.

En cambio, ahora podrán buscar trabajo, lo que añadirá potencialmente a la fuerza laboral a decenas de miles de mujeres muy educadas.

Con el plan de Reagan, solo entre el 50% y el 70% de los potenciales beneficiaros se acogieron a la ley.

Los cambios también permitirán a los estudiantes permanecer más tiempo en el país.

Los economistas dicen que, antes que desplazar a trabajadores americanos, el aumento de la productivad aumentará a su vez las contrataciones.

“La mayor parte de la literatura económica sugiere que cuando traes a más trabajadores cualificados, esto beneficia a todo el mundo. Generan más productividad y no desplazan a otros trabajadores”, dice Peri.

Peri, sin embargo, resume lo que dijeron casi todos los analistas y economistas consultados.

“El impacto de la legislación va a ser bastante pequeño. No quiero que lo que he dicho suene como que va a haber un gran acelerón económico”, opina.

“La vida de los trabajadores estadounidenses, probablemente no cambiará mucho”, añade.

Pero en una economía en la que los salarios se han estancado durante casi dos décadas y en la que tras meses de crecimiento del empleo, esto no se ha trasladado en un aumento del bienestar económico, ese “no mucho” puede que sea suficiente.

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#Reformamigratoria Inmigración

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