Los hechos y la verdad en Ferguson

@chris.canavan1@gmail.com

La decisión del gran jurado en Ferguson agudiza la tragedia de la muerte de Michael Brown. La evidencia muestra que existe una base amplia para debatir lo que ocurrió. Ese debate merece ser oído ante un jurado que puede rendir un fallo.

Pero sería una ilusión pretender que con los hechos se pueda llegar a la verdad. Es cierto que Michael Brown se estaba acercando a Darren Wilson, el oficial de policía que mató a Brown. Algunos testigos dicen que Brown había alzado sus manos para rendirse, aunque Wilson insiste que Brown lo quería atacar de nuevo. Brown se estaba inclinando hacia Wilson, quizás para asaltarlo o quizás porque estaba sufriendo de sus heridas.

Es posible que un juicio hubiera podido establecer estos hechos con más claridad.

Pero eso no es lo mismo que establecer la verdad.

Hace muchos años el NYPD produjo un anuncio publicitario para mejorar su imagen, sobre todo en Manhattan. El anuncio comenzaba con una imagen masculina ocultada por la neblina en la noche, avanzando hacia la cámara. Al acercarse, se revela, es un oficial de policía.

Era obvio el intento del anuncio. Primero nos quería llenar de temor para que luego sintiéramos alivio.

Los que produjeron el anuncio entendían perfectamente la diferencia entre los hechos y la verdad. El hecho era meramente que una figura masculina caminando en la neblina resulta ser policía. Es un hecho que no dice nada de la verdad. ¿Por qué temer la figura oscura? ¿Qué justifica el alivio?

Son las suposiciones que comprenden la verdad, en este caso muchos comparten de que una figura masculina caminando en la noche representa el peligro, y que un oficial de policía representa protección a ese peligro. Son suposiciones tan poderosas que distorsionan nuestra interpretación de los hechos.

Las autoridades en Missouri decidieron publicar la evidencia que fue presentada ante el gran jurado. La explicación oficial es que la transparencia enfrentaría la sospecha de que el gran jurado actuó con prejuicio. Los hechos revelarían la verdad.

Pero los hechos no contienen la verdad, ni en el testimonio ante el gran jurado ni en el anuncio publicitario del NYPD hace tantos años. Los hechos solamente despiertan nuestros prejuicios, y son esos prejuicios los que constituyen la verdad.

Para algunos, la imagen de Brown avanzando hacia Wilson será la de un hombre herido, perdiendo su equilibrio, tratando de rendirse para no sufrir otro balazo. Para otros, será la de un hombre gigante, amenazante, lanzándose hacia el policía.

Sería mejor contar con un juicio. Pero un juicio no nos daría la verdad. Simplemente produciría hechos que usaríamos para justificar esas verdades escondidas dentro de nuestras almas, prejuicios que dejaron un joven muerto

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