Con el frío se acaba la pelota pero se abre la jaula

Centros de bateo sirven para practicar el swing y divertirse mientras vuelve la primavera

Gran divertimento.

Gran divertimento. Crédito: Gustavo Martínez

Las noches largas y el frío invernal son el ambiente perfecto para encerrarse en alguna de las jaulas de bateo que hay en la ciudad para tratar de pegarle a unas pelotas, un buen ejercicio que se puede compartir con los amigos.

“Nuestras jaulas son muy seguras y una gran fuente de esparcimiento”, manifestó Steve Poliseno, dueño de Astoria Batting Range, que opera desde hace más de 30 años en Queens. “Nuestras máquinas son automáticas, así que la gente no tiene que preocuparse más que de batear”.

Pegarle a la pelota parece cosa fácil, pero no lo es. Especialmente cuando uno no está acostumbrado a abanicar el leño.

“Hace mucho que no le hacía swing a una pelota… Se siente que es un buen ejercicio después de unos cuantos intentos”, dijo Mario Iván Tlatoani, un mexicano que visitó las instalaciones. “En mi país no hay algo como esto, por eso me gustó esta experiencia en algo que no es común para mí”.

La pelota es de un amarillo que parece que la máquina dispara limones gigantes a velocidades que oscilan entre las 40 y las 90 millas por hora, dependiendo el valor y las habilidades del bateador o bateadora.

“Nosotros ajustamos la velocidad y la altura para que la gente batee como se sienta más cómoda”, mencionó Omar Hassan, quien detrás de un escritorio mueve perillas, jala palancas y aprieta botones para preparar las máquinas que lanzan pelotas.

Tlatoani tuvo suerte de que llegó antes de que comience la temporada en que estas instalaciones se encuentran en alta demanda.

“Este es un negocio de temporada. La gente viene entre mediados de diciembre y mayo. Primero por el clima. La nieve y el frío hacen que la gente que ama la pelota busque dónde practicar. Y dura hasta mayo porque aún por esas fechas está fresco, llueve y los niños están aún en la escuela”, argumentó Poliseno.

Rentar la jaula de bateo cuesta $45 por una hora, algo que el propietario del lugar no recomienda en caso de que se trate de una sola persona.

Cuando vienen clientes solos, les digo que es mejor rentar la jaula menos tiempo. Una máquina lanza 750 pelotas por hora. ¿Se imaginan estar ahí solo abanicando 750 veces? Nadie aguanta eso”, expresó Poliseno.

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