Bay Ridge, lejano y con carácter (fotos)
Al pie del Verrazano en Brooklyn, descansa un barrio con calidad de vida
@JoaquinBotero
NUEVA YORK – Empecemos con lo malo. El barrio está en un rincón apartado de Brooklyn al que no llega el tren expreso. También, los precios de los arriendos lo hacen casi imposible para la clase trabajadora. Por lo demás, por donde se le mire, Bay Ridge es una maravilla para el que vive y para el que lo visita: es reconocida la calidad de sus escuelas y, según un reporte de Citizen’s Committee for Children, es el mejor barrio del condado para criar hijos.
El nombre Bay Ridge (“cresta de la bahía”) se refiere a la pequeña elevación junto a la bahía de Nueva York, y fue sugerido por el horticultor James Weir.
El agente inmobiliario Anthony Marino que el éxito del barrio es que ya está bien establecido, con mucho comercio y familias, sin estar saturado. “Este es el último fortín para los nativos de Brooklyn. No como otros que la gentrificación los ha transformado totalmente. Las rentas han subido, pero no hay maniobras raras para sacar al que ya está. Los residentes se protegen los unos a los otros”.
Lo único malo, dice Marino, es que “está un poco lejos de Manhattan y falta un poco de cultura, galerías y gente creativa”.
Krystal López (22) e Isabel Ramírez (21), de origen puertorriqueño y mexicano respectivamente, trabajan en el negocio de comida saludable Energy Fuel, que lleva 10 años abierto en la Cuarta Avenida.
“Por acá hay mucha gente de clase media, blancos y militares de la base de Fort Hamilton. Nuestros clientes son obsesivos con la salud”, indica López, quien confiesa que de vez en cuanto ella come grasosa porque se cansa de lo sano.
“Muchos de los empleados del área son latinos. Vienen de barrios vecinos como Sunset Park y Bensonhurst”, agrega Ramírez.
Localizado en el suroeste de Brooklyn, el vecindario limita al norte con Sunset Park, al este con Dyker Heights, al oeste con Narrows y el Belt Parkway y al sur con el Puente Verrazano. Aunque algunos consideran que Fort Hamilton es un vecindario separado, forma parte de Bay Ridge. Su composición demográfica es 70% blanca, 10% hispana, 10% asiática, 4% negra y el resto de dos razas, según City-data.com.
José Sinchi (18) es desde hace dos años y medio encargado de la sección de cafés del negocio de comida Paneantico y le encanta su trabajo. El lugar de carácter italiano con cafés, pasteles y comida caliente abrió en 2000 en la Tercera Avenida, pero por su calidad y tráfico pareciera que llevara cien años.
“El barrio es calmado, la gente es respetuosa y amable. No tengo quejas”, dice el joven hijo de emigrantes ecuatorianos de la provincia de Cañar.
El guatemalteco Jorge Montoya (32) es cantinero en el restaurante Tuscany Grill. “Me gustan los habitantes del barrio y también los parques”, dice.
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Los primeros colonos holandeses practicaron la agricultura en el siglo 17. En el siglo 19, había dos villas; Yellow Hook, al norte y Fort Hamilton, al sur.
En 1830, se empezaron a construir sitios de vacaciones y hospedaje de los visitantes en la vecina base militar. Yellow Hook y Fort Hamilton fueron golpeadas por la fiebre amarilla en el siglo 19. Los líderes de entonces decidieron cambiar el nombre al actual para evitar asociaciones con el color.
El nombre Bay Ridge (“cresta de la bahía”) se refiere a la pequeña elevación junto a la bahía de Nueva York, y fue sugerido por el horticultor James Weir.
En 1974, fue terminada la construcción del Verrazano-Narrows Bridge, que conecta con Staten Island. Fue muy opuesta por los residentes porque requirió la demolición de ochocientos edificios y el desplazamiento de 7,000 personas.
Nativos famosos
Maria Bartiromo, reportera de Fox News.
Jimmy Fallon, presentador de televisión.
Janet Yellen, presidenta de la Reserva Federal.
Un puente de película
El Verrazano Narrows Bridge, que conecta a Bay Ridge con Staten Island quedó plasmado para la inmortalidad en una película que generó la locura de la música Disco a nivel mundial, Fiebre de Sábado por la Noche (1977). Su personaje principal, Tony Manero, interpretado por el actor John Travolta, y el legendario puente forman parte de la cultura pop de los Estados Unidos.
Para comprar
Una casa unifamiliar, $900,000
Una casa multifamiliar fluctúa entre $900,000 y $1,200,000
Un apartamento de una habitación en un edificio cooperativo vale $146,000
Un apartamento de dos habitaciones en un edificio cooperativo vale $400,000
Un condominio de una habitación, $360,000
Para alquilar
Un estudio $1,200
Un apartamento de una habitación $1,400
De dos habitaciones $1,700
De tres habitaciones $2,000
Una casa multifamiliar $2,700
Cuartel 68
333 65th Street
(718) 439-4211
Biblioteca Pública
7223 Ridge Boulevard
(718) 748-5709
5108 4th Avenue
(718) 567-2806
Oficina de correo
USPS. 5501 7th Ave
(718) 435-0642
53 años
De Jayuya, Puerto Rico
Tiene 4 hijos y 11 nietos
Jesús Ayala (53) trabaja como jardinero en las viviendas cooperativas en la Cuarta Avenida, donde viven 70 familias cerca al agua. Goza a diario de la vista maravillosa del Puente Verrazano y de la bahía. Trabaja, principalmente, para jubilados polacos, rusos, algunos exmilitares y otros viudos. Algunos se pelean por invitarlo a almorzar y contarle su infancia en Europa durante la Segunda Guerra Mundial. “Unos son un poquito cascarrabias, pero yo los sé manejar”, dice.
—¿Qué cuenta del barrio?
—Llevo 35 años. Vivo en la Cuarta con la calle 49. Este barrio no cambia, lo que cambia es la gente.
—¿Qué hispanos viven aquí?
—Puertorriqueños, dominicanos, ecuatorianos, colombianos y hasta españoles. Pero los precios de las rentas nos están sacando. Los salarios no llegan a cubrir los costos de vivir acá. Los nuevos que llegan a mi edificio pagan el doble que yo.
—¿Cómo es la vida frente al agua en meses menos fríos?
—Han mejorado la vía de deportistas y por ahí también caminan los viejitos o la gente con sus perritos. También pasan los corredores y los ciclistas todo el año.
—¿Qué es lo que más le gusta y menos le gusta del barrio?
—Lo que más, la gente amable. También la vista, la gente que va y viene por el parque. Lo que menos es pagar la renta y los billes. (Risas)
—¿Qué más hace?
—También trabajo de super en mi edificio en el que llevo 20 años y aún vivo con mi hija de 17 años. Me gusta trabajar y además tengo que hacerlo para cuidar mi futuro. Tengo cuatro exesposas, cuatro hijos y 11 nietos. Todavía ayudo a las madres de mis hijos. En el tiempo libre me voy con mi nena de 17 de paseo o a gastar el dinero.
