Policía francesa cerca un pueblo en busca de sospechosos
Los hombres aparentemente robaron una estación de servicio
Las autoridades francesas rodean un pueblo en la región de Picardy (norte de Francia) en busca de los hermanos Chérif y Said Kouachi, principales sospechosos del ataque contra el semanario satírico “Charlie Hebdo” en el que murieron 12 personas.
Francia lanzó una operación sin precedentes en busca de los hermanos Kouachi, movilización que no evitó que el terrorismo se cobrase una nueva víctima mortal, una policía municipal tiroteada en el sur de París.
Todavía en estado de conmoción por el asesinato de doce personas en el ataque contra la revista satírica, los franceses tratan de recomponerse y, sobre todo, de acabar lo antes posible con la amenaza de los terroristas que continúan sueltos.
Said y Chérif Kouachi, acusados por el Ministerio del Interior de ser los autores del peor atentado en suelo francés en medio siglo, fueron identificados hoy en una gasolinera que atracaron en las proximidades de Villers Cotterêts, en la región de Picardy, al noreste de París.
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El gerente de la estación de servicio de la cadena Avia reconoció a los dos hombres, que le atracaron encapuchados y fuertemente armados antes de darse a la fuga en el coche con el que habían llegado, un Renault Clio gris, que abandonaron en las proximidades.
Agentes de diversos cuerpos de elite de las fuerzas del orden francesas, como el RAID y el GIGN, se han desplegado por la zona para tratar de localizarlos, apoyados por helicópteros.
Además, en las entradas al norte de París se han colocado controles con policías armados con fusiles de asalto y equipamiento de protección ante la posibilidad de que intenten volver a la capital.
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El exministro del Interior Claude Guéant subrayó a “France Info” que “no hay duda de que se les detendrá”, aunque dijo no disponer de informaciones precisas.
Las fotos de los hermanos Kouachi fueron divulgadas anoche por la policía, con la advertencia de que se trata de dos individuos peligrosos y fuertemente armados, para conseguir la cooperación de la ciudadanía.
Mientras, un tercer sospechoso, Mourad Hamyd, se entregó anoche en una comisaría de la ciudad de Charleville Mézières, cuando supo que iban tras él.
Chérif Kouachi había estado en la cárcel tras haber sido condenado por haber formado parte de una red de reclutamiento de yihadistas en París para enviarlos a Irak en la primera mitad de los años 2000.
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Tanto él como Said habían estado vigilados por los servicios secretos franceses, según explicó el ministro del Interior, Bernard Cazeneuve, que añadió que ese seguimiento no había permitido dar con ningún elemento que apuntara a que preparaban un atentado.
El atentado de ayer contra la revista francesa “Charlie Hebdo“, que publicó caricaturas de Mahoma, causó doce muertos y fue cometido por hombres encapuchados, armados con fusiles largos, al grito de “Alá es grande”.
La jornada de luto nacional que debía servir para honrar la memoria de los caídos por la libertad de expresión acabó con una nueva muerte y la certeza de que un nuevo terrorista anda suelto y amenaza a los franceses.
A mediodía, la nación guardó un minuto de silencio, solo roto por el tañido de las campanas de la catedral de Notre Dame.
Ya de noche, otro emblema nacional, la Torre Eiffel, se unió al dolor apagando las luces que la iluminan.
Ante el desafío terrorista, el Gobierno francés ha convocado para el próximo domingo una cumbre que deberá reunir a los responsables del Interior de los países europeos más afectados, como España, y de Estados Unidos.
También el domingo se celebrará una manifestación que está llamada a encarnar la unidad de los franceses frente a los radicales que quieren acallar cualquier crítica a través de las armas.
Sin embargo, la convocatoria de unidad nace ya dividida: el Gobierno y varios partidos no pueden ocultar la incomodidad que les produce compartir marcha con el ultraderechista Frente Nacional (FN) y su líder, Marine Le Pen, a quien consideran islamófoba.
El coordinador de la marcha en el gobernante Partido Socialista, François Lamy, sostuvo que “no hay lugar para el FN en la ‘marcha republicana'”.
Le Pen, presta siempre al pugilato dialéctico, se ha lanzado a denunciar esa “estafa política“, que, recordó, deja fuera a “un partido que representa al 25 % de los franceses”, su porcentaje de voto en las elecciones europeas.
Al margen de la contienda política, la buena noticia del día llegó con el anuncio de que el “Charlie Hebdo“, la provocadora e iconoclasta publicación que los terroristas pretendieron callar, volverá a salir a los quioscos el próximo miércoles.
Su tirada será todo un desafío a los intolerantes: un millón de ejemplares.