Que la Sayona no se le aparezca a Maduro
@RaulBenoit
Silenciar a la oposición arrestando a líderes con acusaciones temerarias de golpes de Estado y conspiraciones, señor Nicolás Maduro, es hacerse el harakiri político y ante la opinión pública internacional, culparlos se ve como un acto desesperado, un grito de pánico y es un grave error histórico.
Se entiende que lo que intenta es enviar un mensaje de poder al pueblo y a quienes están en la oposición, pero bien se ha demostrado a través de la historia, que ese tipo de acciones son un bumerang que termina golpeando al régimen.
Debería considerar, señor Maduro, no escuchar más a quién le aconseja al oído, para que no siga cometiendo pifias del tamaño de ordenar el arresto del alcalde de Caracas Antonio Ledezma, y de usurpar terrenos legales, exigiendo a los servidores de la justicia que cumplan órdenes las cuales se salen del Ejecutivo y pisan terrenos judiciales que no le competen al presidente.
Tengo entendido que la Constitución chavista, aunque privilegia en ciertos ámbitos al gobernante de turno, separa los poderes públicos, para que el Estado funcione “equilibradamente”: Poder legislativo, ejecutivo, judicial, ciudadano y electoral.
No se puede romper ese esquema dando órdenes como si se tratase de un capataz mandando a sus peones a limpiar la maleza de su finca.
La sugiero consultar a un especialista en Constitución y Leyes para que le oriente sobre ese tema, Quizás usted está siendo aguijoneado por enemigos suyos dentro de las filas del propio chavismo, que “Dios dado no lo quiera, ni la gente lo quisiese, desde la Asamblea Nacional fuese”.
La indignación del pueblo corre por la sangre de los venezolanos y esto es contraproducente para la estabilidad democrática que usted dice amparar, porque se supone, de acuerdo a los chavistas, que fue la democracia que le entregó el poder de gobernar a la otrora rica petrolera nación suramericana.
La Fuerza Armada Nacional Bolivariana FANB-, institución a la cual algunos acusan de mantener avenencia con el gobierno, tiene un límite de tolerancia, pero quienes están realmente agotados son aquellos que ostentan, de acuerdo a la Constitución, uno de los poderes más valiosos: el ciudadano.
Las “barbaridades”, las cuales dice usted se planean desde Bogotá, Miami y Madrid, señor Maduro, más bien parecen una cortina de humo con el fin de encubrir la verdad: el fracaso del sistema chavista.
¡Basta de negarse a ver la verdad, señor Maduro! Acepte que se equivocó y corrija el rumbo antes de que la Sayona se le aparezca y lo pene por infiel a la patria. (Es de penar, no sea mal pensado)