¿En realidad necesitas una prueba de PSA para detectar el cáncer de próstata?
Mucho de lo que has escuchado sobre cómo prevenir, detectar y tratar este cáncer común es incorrecto
Si eres hombre mayor de 50 años, o conoces a uno, existe una buena razón para estar preocupado por el cáncer de próstata: cerca de 27,500 hombres morirán a causa de la enfermedad este año, lo que le hace el segundo cáncer más mortal entre los estadounidenses, después del cáncer de pulmón. Para empeorar aún más las cosas, mucha información sobre la mejor manera de prevenir, detectar y tratar la enfermedad es francamente confusa.
Considera esto: muchos expertos dicen que el examen de sangre de antígeno específico para la próstata (PSA), que está diseñado para detectar la enfermedad en sus primeras etapas, representa más riesgos que beneficios.
Aún más, las mejores terapias podrían no ser las cirugías robóticas de alta tecnología o tratamientos de radiación guiados por computadora que se muestra en los anuncios, sino un monitoreo cuidadoso de la enfermedad. Y la investigación ahora sugiere que ciertos suplementos que alguna vez se creyó que ayudaban a prevenir la enfermedad, aumentan su riesgo.
Una vez que el hombre llega a los 50 años, es probable que le indiquen que se mida el PSA. Las voces que motivan a practicarse la prueba incluyen no solo a muchos médicos de atención primaria sino también a estrellas deportivas y otras celebridades en anuncios de interés público.
Pero notables excepciones a ese coro incluyen a la fuerza de tarea de servicios de prevención (Preventive Services Task Force) de EEUU, un grupo independiente de expertos que proporciona guías sobre el cuidado de la salud basadas en evidencias. En 2012, la fuerza de tarea recomendó que los médicos detuvieran las pruebas de detección de PSA en todos los hombres debido que muchos hombres más “experimentarán los daños de la prueba de detección y el tratamiento de la enfermedad detectada por medio de la evaluación que los que obtengan beneficios”.
Hasta la Sociedad Estadounidense del Cáncer tiene dudas al respecto de la prueba de PSA. El grupo advierte sobre los posibles daños asociados con la prueba y recomienda que los hombres “tomen una decisión informada con su proveedor de atención médica sobre si deben evaluarse para detectar cáncer de próstata”.
¿De qué daños hablamos? Para comenzar, en la mayoría de los hombres con un resultado alto en el PSA (históricamente, cualquier cosa mayor a 4.0 nanogramos de PSA por milímetro de sangre) se deriva de algo que no es cáncer, como una próstata agrandada o infectada, actividad sexual reciente o incluso un recorrido largo en bicicleta. Pero los hombres con resultados altos en el PSA a menudo se someten a una biopsia de próstata, un procedimiento potencialmente doloroso que puede provocar infecciones. La mayoría de esas biopsias resultan negativas para cáncer.
La prueba tiene otro resultado negativo. Alrededor de un tercio de los hombres mayores de 50 años tienen algunas células cancerígenas en la próstata, y para la edad de 85 años, tanto como tres cuartas partes las tienen. A pesar de que la mayoría de los cánceres nunca se propagan rápidamente fuera de la glándula, es difícil distinguir entre esos tumores y unos más agresivos. Al enfrentarse con esa incertidumbre, casi el 90% optan por el tratamiento.
Pero es probable que el tratamiento les perjudique más de lo que los ayude: la investigación sugiere que por cada 1,000 hombres de 55 a 69 años que se someten a una prueba de detección cada año o cada 4 años, una vida podrá salvarse; el tratamiento conllevará una complicación más grave como un ataque cardíaco, coágulos sanguíneos o la muerte para 3 hombres; y 40 quedarán impotentes o con incontinencia.
Nuestra opinión: los hombres entre 50 y 74 años deben sopesar cuidadosamente la pequeña probabilidad de que la prueba de detección salvará su vida frente a la alta incidencia de los daños de las pruebas y tratamiento para el cáncer de próstata. Los hombres mayores de 75 años, o aquellos cuya expectativa de vida es menor de 10 años, deben evitar realizarse la prueba de detección ya que el cáncer de próstata normalmente avanza tan lentamente que es probable que mueran con el cáncer y no a causa de este.
La mayoría de los hombres que reciben un diagnóstico de cáncer, comprensiblemente quieren hacer algo al respecto y rápido. Y esa inclinación a menudo se alimenta de la gran promoción que hacen los hospitales y las clínicas de nuevos procedimientos de radiación y cirugía de alta tecnología.
Varios anuncios, con mensajes como “el futuro de la cirugía de próstata está aquí”, pregonan la cirugía asistida por robótica. Los anuncios parecen tener éxito: 8 de cada 10 cirugías para extirpar toda o parte de la glándula se realizan ahora de esa manera.
Pero existe muy poca evidencia de que la cirugía asistida por robótica sea más segura que el método tradicional. Un estudio de 2014 que compara las dos, sugirió que tienen el mismo riesgo de complicaciones, readmisiones al hospital y la necesidad de terapias adicionales para el cáncer. Otra investigación le dio seguimiento al incremento en cirugía robótica en hospitales que invirtieron en la máquina, que cuesta hasta $2.5 millones cada una.
Otro tratamiento que se promueve mucho es la radioterapia estereotáctica del cuerpo, mejor conocida como CyberKnife (bisturí cibernético), Gamma Knife (bisturí Gamma) o X-Knife (bisturí X). Un anuncio de la terapia dice que es “el arma definitiva para combatir el cáncer”. Pero no menciona un estudio del 2014 que vinculó más complicaciones urinarias entre los hombres que se sometieron al tratamiento con CyberKnife, en comparación con aquellos que recibieron una radiación más estándar de haz externo, conocida como radioterapia de intensidad modulada.
Las cirugías de cáncer de próstata más antiguas tampoco son tan maravillosas: al menos 20% de los hombres a los que se les extirpa la próstata experimentarán incontinencia urinaria, disfunción eréctil o ambas, según los investigadores.
Es por eso que los expertos dicen que una buena opción para muchos hombres es una vigilancia activa, o monitorear cuidadosamente el cáncer con pruebas regulares de PSA y otras pruebas, así como tratarlo, con hormonas, cirugía, radiación o una combinación de estos, solo si existen señales o síntomas de que la enfermedad está avanzando.
Nuestra opinión: decidir cómo tratar el cáncer de próstata es una decisión difícil. Un hombre tiene que balancear sus inquietudes y preocupación de tener que vivir con un cáncer sin tratar con los riesgos significativos que implica el tratamiento. Para tener una comparación de los índices de éxito y de complicaciones de los tratamientos para el cáncer de próstata, consulta el cuadro que se encuentra a continuación.
- Observación (vigilancia activa):
Índices de sobrevivencia de 12 años* – Alrededor del 97% de los tumores de bajo riesgo; alrededor del 91% para tumores de riesgo intermedio; alrededor de 85% para tumores de alto riesgo.
Efectos adversos a largo plazo** – Ansiedad sobre el avance del cáncer.
Descripción del tratamiento – Pruebas de PSA regulares y otras pruebas, algunas veces incluyendo biopsias.
Buenos candidatos – Los hombres con tumores de bajo riesgo que le dan gran valor a estar libre de los efectos secundarios del tratamiento. Hombres con una expectativa de vida de 10 a 20 años, o menos.
- Extirpación quirúrgica (prostatectomía)
Índices de sobrevivencia de 12 años* – Alrededor del 97% de los tumores de bajo riesgo; alrededor del 95% para tumores de riesgo intermedio; alrededor de 92% para tumores de alto riesgo.
Efectos adversos a largo plazo** – Función sexual reducida: 47%. Goteo o incontinencia urinaria: 13%. Evacuaciones intestinales frecuentes, urgentes o dolorosas: 4%
Descripción del tratamiento – Requiere de 1 a 3 días en el hospital y una a dos semanas con un catéter urinario.
Buenos candidatos – De lo contrario, hombres saludables que tienen la más larga expectativa de vida y menor riesgo quirúrgico.
- Radiación de haz externo
Índices de sobrevivencia de 12 años* – Se clasifica probablemente entre observación y cirugía.
Efectos adversos a largo plazo** – Función sexual reducida: 40%. Goteo o incontinencia urinaria: 3%. Evacuaciones intestinales frecuentes, urgentes o dolorosas: 6%.
Descripción del tratamiento – Requiere de 7 a 8 semanas de tratamientos diarios. Los problemas sexuales tienden a empeorar con el tiempo.
Buenos candidatos – Hombres que quieren evitar una cirugía mayor o cuya mala salud o edad avanzada hacen que la cirugía sea muy riesgosa.
- Radiación interna con semilla (braquiterapia)
Índices de sobrevivencia de 12 años* – Se clasifica probablemente entre observación y cirugía.
Efectos adversos a largo plazo** – Probablemente se clasifica de forma similar a la radiación de haz externo.
Descripción del tratamiento – Requiere una operación como paciente ambulatorio en la cual los médicos implantan semillas radioactivas en la próstata utilizando agujas huecas. Los problemas sexuales tienden a empeorar con el tiempo.
Buenos candidatos – Igual a la radiación externa pero más práctica para aquellos que no pueden hacer viajes diarios al hospital.
* Los índices de sobrevivencia se basan en un ensayo aleatorio que analiza la cirugía de prostatectomía radical frente a la observación de un cáncer de próstata localizado, publicada el 19 de julio de 2012 en la revista médica New England Journal of Medicine.
** Los índices de efectos secundarios son de 5 años después de concluido el tratamiento, según se reportó en un estudio del 31 de enero de 2013, publicado en el New England Journal of Medicine en que los investigadores entrevistaron a 1,655 hombres respecto a la calidad de vida después de una prostatectomía y radiación por medio de haz externo.
No hace mucho tiempo, la vitamina E y el selenio mineral se consideraban como una excelente esperanza contra el cáncer de próstata ya que la investigación sugería que los hombres que consumían dietas ricas en los nutrientes tenían menos probabilidad de desarrollar la enfermedad. Pero el año pasado, los autores de un ensayo clínico aleatorio financiado por el Instituto Nacional contra el Cáncer que analizó a 5,000 hombres y que duró aproximadamente 10 años, concluyó que los “hombres deben evitar los suplementos de vitamina E y selenio en dosis que exceden las ingestas dietéticas recomendadas”.
¿Por qué? Su investigación descubrió que los suplementos no ofrecían ninguna protección en absoluto y que, de hecho, los hombres que tomaban vitamina E tenían un 17% mayor riesgo de tener cáncer de próstata. Los beneficios que alguna vez se relacionaron con los nutrientes, pueden haberse derivado de otros componentes alimenticios en sus dietas o hábitos de un estilo de vida saludable. La investigación tampoco pudo confirmar los beneficios de otros suplementos recomendados especialmente para la salud de la próstata, como la serenoa repens, licopeno y el extracto de té verde.
Nuestra opinión: Omite los suplementos, incluyendo las multivitaminas. Cuando se trata de prevenir el cáncer de próstata, el mejor consejo es el mismo que para mantenerse saludable en general: mantener un peso saludable, comer una dieta rica en productos agrícolas y hacer ejercicio de forma regular.