Periodista explica por qué ‘robó’ fragmentos del avión caído

Encontró piezas esparcidas con evidencias de misiles, afirma

Después de varios meses de controversia sobre si tenía o no derecho de llevarse fragmentos de evidencia que quedaron del avión de Malasia Airlines MH17, que cayó en Ucrania el pasado 7 de julio con 298 pasajeros a bordo, el periodista Jaren Akkermans opta por contar  su historia.

Akkermans explica que tras visitar varias veces el lugar del accidente, decidió tomar unos fragmentos que seguían esparcidos en una zona de guerra con frentes militares y someterlas a pruebas. Al menos tres de ellos fueron vinculados a un misil tierra-aire por analistas forenses y expertos.

El periodista, quien asegura haber entregado los fragmentos a las autoridaes holandesas, para que sean parte de su investigación,  justifica haberse llevado las partes como parte de su trabajo periodístico que le obligan llegar a la verdad.
El  periodista cuenta en el artículo para la BBC que los restos del MH17 estaban esparcidos en un área de más de 35 kilómetros cuadrados y que cuando llegó por primera vez, las facciones ya se habían puesto en marcha para localizar los cuerpos despedazados.

“No había ningún tipo de organización, sólo hombres con armas de fuego. Pero nadie nos impidió entrar y grabar”, describe el periodista, indicando que tomó fotografías de los números de serie, de los agujeros y cráteres “en un intento por entender la magnitud de todo aquello”.

Los separatistas apoyados por Rusia habían estado luchando con el ejército ucraniano por el control de la zona del MH17. De hecho, la entrada al área fue obstruida por controles de carretera vigilados por rebeldes armados. Los investigadores holandeses llegaron cuatro días más tarde.

Los Países Bajos se encargaron de la investigación desde Ucrania y en septiembre de 2014, un informe preliminar indicó que el MH17 fue derribado por un gran número de objetos que atravesaron el avión a gran velocidad. No hubo evidencias de errores técnicos o humanos.

“Pero, tres meses después del accidente, todavía nadie había recogido las posibles pruebas”, indica el periodista y a principios de noviembre, en su tercera visita a la zona del MH17,  decidió buscar fragmentos que podían no pertenecer a un Boeing o a la carga, llevándose unas 20 piezas pequeñas y “sospechosas”.

Su teoría sobre el derribo del avión se dividía en dos supuestos: podría haber sido un avión de combate SU-25 ucraniano el que disparó al MH17, haciéndole caer, o la posibilidad de un misil tierra-aire ruso lanzado desde el territorio que controlaban los separatistas.

Jaren asegura haber hablado con muchos expertos de diferentes países sobre el armamento aire-aire o tierra-aire mostrándoles los fragmentos. Todos estaban convencidos de que al menos tres de las piezas que tomó tenían las marcas de un misil tierra-aire.

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