Seis actitudes de inversión que podría lamentar
Siempre investigue una inversión antes de entregar su dinero
La mayoría de nosotros nos consideramos personas razonables y objetivas a la hora de invertir (o de tomar cualquier decisión en ese sentido). Sin embargo, ciertos sesgos y comportamientos sutiles influyen mucho sobre nosotros. Aquí le explicamos a qué cosas debe estar alerta al administrar su dinero.
Sesgo de experiencia reciente. La tendencia de recurrir a hechos pasados para predecir el éxito a futuro surge a la hora de elegir inversiones en función del rendimiento reciente de las tenencias (léase, búsqueda de rentabilidades).
Por ejemplo, es posible una vez haya elegido una acción o un fondo de la industria del petróleo y gas que generaba un rendimiento excepcional. Al evaluar su cartera, observa que sus tenencias en el sector de energía no cumplen con sus expectativas. Algunas personas pueden optar por vender sus inversiones en ese sector, al darse cuenta de que seguirán en descenso.
El hecho de que hoy hayan caído sus acciones no necesariamente quiere decir que haya elegido mal; de hecho, puede que sea un buen momento para comprar más de la misma acción. La actividad de negociación a corto plazo puede generar grandes ganancias o grandes pérdidas. No obstante, las rentabilidades de las inversiones en índices bursátiles tales como Standard & Poor’s 500 dan cuenta de ganancias constantes a lo largo del tiempo.
Sesgo de confirmación. Todos buscamos información que respalde nuestro propio punto de vista sobre un tema. ¿Cómo nos afecta esta conducta a la hora de invertir? Cuando le atrae una inversión puntual, tiende a leer o escuchar únicamente información positiva sobre esa inversión o compañía.
Por ejemplo, le puede parecer que el oro es una buena inversión porque cree que se avecina un período de inflación (una posible falacia, dicho sea de paso). Naturalmente, usted lee y recuerda únicamente artículos periodísticos y otros informes que respaldan la importancia del oro en un contexto inflacionario.
Sesgo de negatividad. Tendemos a recordar las malas experiencias, en lugar de las placenteras. Entonces, cuando escuchamos malas noticias –por ejemplo, un mal día en Wall Street– solemos darle más crédito a esa información. Este sesgo puede ser nefasto para sus inversiones: es posible que tienda a vender cuando el mercado está a la baja, en detrimento de sus rentabilidades.
Para evitar los efectos de este sesgo, elabore un plan de inversión y sígalo. El mercado sigue siendo impredecible y debe desconfiar de todo aquél que le diga lo contrario. Si necesita ayuda, acuda a un asesor profesional.
Masificación. Muchas veces, simplemente seguimos a la manada. ¿Recuerda a Bernie Madoff, el estafador cuya empresa de inversión era sumamente popular entre los más ricos, o el auge de las empresas de tecnología que infló por un tiempo el precio de las acciones de ese sector a fines de la década de los 90? Los inversionistas siguieron a la manada en ambos casos y pagaron las consecuencias.
Siempre investigue una inversión antes de entregar su dinero. Las siguientes son algunas fuentes importantes de información:
• Yahoo Finance, donde podrá encontrar el símbolo bursátil, como también el precio actual e histórico de una acción y su reciente rendimiento, entre otras cosas.
• La base de datos EDGAR de la Comisión de Valores de los Estados Unidos lo ayuda a encontrar informes anuales, prospectos y otros documentos con antecedentes de las compañías.
Si las operaciones de la compañía no son razonables, es probable que deba abstenerse de invertir en sus acciones. Recuerde también que si todo el mundo invierte en una acción recién emitida que sube de precio súbitamente o en una acción muy promocionada, es posible que la misma se sobrevalore rápidamente debido al optimismo, más que a su calidad intrínseca. Nuevamente, si necesita ayuda, acuda a un asesor profesional.
Exceso de confianza. ¿Alguna vez estuvo completamente seguro de estar haciendo lo correcto y finalmente se dio cuenta de que estaba equivocado? Desde luego que sí -y usted no es el único que está convencido de que puede elegir una acción ganadora o ser más listo que Wall Street. Algunos gestores de fondos profesionales creen tener talentos extraordinarios.
No deje que el exceso de confianza lo lleve a tomar decisiones de inversión impulsivas. Forme una cartera bien diversificada y con una buena asignación de activos en función de sus necesidades específicas y su tolerancia al riesgo; reajuste sus tenencias en forma regular y disciplinada. La investigación demuestra también que los inversionistas demasiado seguros de sí mismos tienden a comprar y vender con más frecuencia, incrementando así los costos de las transacciones.
Aversión a las pérdidas. Por lo general, tenemos una fuerte aversión a las pérdidas y sentimos una pérdida 2.5 veces más que una ganancia. En lugar de arriesgarnos a perder, tendemos a paralizarnos. Recuerde: diversifique su cartera, mantenga la disciplina a la hora de invertir y deje sus emociones y comportamientos perjudiciales de lado al operar en el mercado.