Un derrame en el lugar en el que una plataforma petrolífera fue derribada por un huracán hace 10 años podría continuar arrojando crudo al Golfo de México por un siglo o más si no es controlado, de acuerdo con estimados del gobierno que proveen nuevos detalles sobre la magnitud del problema.
Taylor Energy Company, dueña de la plataforma y de un grupo de pozos, ha minimizado la extensión y el impacto ambiental del derrame. La compañía dice además que no se puede hacer nada para eliminar completamente las manchas de petróleo que a menudo se extienden kilómetros en las costas de Louisiana.
Taylor ha tratado de lograr un acuerdo con el gobierno federal para resolver sus obligaciones financieras por el derrame, pero las autoridades han rechazado las ofertas y ordenaron a la compañía realizar trabajos adicionales, dijeron funcionarios del Departamento de Justicia. Los funcionarios pidieron preservar el anonimato porque no estaban autorizados a comentar oficialmente.
“Hay aún mucho que Taylor puede hacer para controlar el petróleo que se está derramando”, sostiene un documento del Departamento obtenido por la AP.
Reguladores federales sospechan que aún se está derramando petróleo de al menos uno de los 25 pozos que siguen sepultados bajo montones de sedimento de un alud submarino causado por olas generadas por el huracán Iván en el 2004.
Un contratista de Taylor perforó nuevos pozos para interceptar y tapar nueve pozos que se consideraba podían derramar más crudo. Pero un directivo de la compañía ha afirmado que expertos concuerdan en que “lo mejor es no hacer nada” debido a los riesgos de nuevas perforaciones.
Es peor de lo que se ha informado
Una investigación de la AP el mes pasado reveló evidencia de que el derrame es mucho peor que lo que Taylor o el gobierno han reportado públicamente durante su respuesta al desastre.
La revisión por la AP de más de 2,300 reportes de contaminación por la Guardia Costera desde el 2008 mostró un drástico incremento en el tamaño de las manchas y volúmenes de crudo desde el 1 de septiembre del 2014. Ese incremento se produjo apenas después que reguladores federales realizaron un taller en agosto para mejorar la exactitud de los estimados del derrame de Taylor y comenzaron a enviar observadores en los vuelos diarios de un contratista de la compañía sobre el sitio.
Tras ver las conclusiones de la AP, la Guardia Costera proveyó un nuevo estimado del derrame, que es 20 veces mayor que el más reciente ofrecido por la compañía. Un documento de la Guardia Costera dice que manchas de hasta 1,5 millas (2,4 kilómetros) de ancho y 14 millas (22,5 kilómetros) de largo han sido detectadas por Taylor desde el taller. Dese septiembre pasado, el volumen diario estimado de crudo derramado ha oscilado entre 42 galones y 2.329 galones, con un promedio diario de 84 galones (318 litros).