Miguel Cotto, como los buenos vinos
El campeón puertorriqueño se alista para defender su fajín ante el australiano Daniel Geale
Miguel Cotto, como el vino, ha demostrado que cuanto más añejo es mucho mejor.
Tras la derrota ante Austin Trout, el 1 de diciembre de 2012, la primera en el Madison Square Garden, que era su fortín hasta entonces, muchos hablaron de que los días de Cotto en el cuadrilátero estaban contados.
Esa derrota se dio tras haber perdido ante Antonio Margarito, Floyd Mayweather y Manny Pacquiao, tres oponentes de respeto, aunque se sembró la duda de si el mexicano usó también yeso en los guantes en la victoria sobre el puertorriqueño.
¿Pero que perdiera con Trout? No muchos esperaban ese resultado.
Con la cuarta derrota en su carrera profesional, Cotto optó por cambio de entrenador, terminó su relación con el cubano Pedro Luis Díaz, quien se unió a su equipo antes de la revancha con Margarito en diciembre de 2011 en Nueva York.
Luego de perder con Trout, Cotto se unió al experimentado Freddie Roach y bajo su tutelaje retomó la senda del triunfo, venciendo al dominicano Delvin Rodríguez (KO técnico en el tercer round) y regresó a la cima en junio de 2014 al arrebatar el cetro mundial del peso mediano del CMB al argentino Sergio “Maravilla” Martínez en el mismo Garden.
Mucho se ha hablado de que Cotto (39-4, 32 KOs), ahora con 34 años, ha demostrado mayor resistencia que antes, cuando parecía que se quedaba sin gas después de seis rounds.
Según un periodista de Los Angeles, Cotto le dijo que después del quinto asalto se quedó sin gasolina en la derrota ante Margarito, la primera mancha en su carreta profesional, en Las Vegas en julio de 2008, por nocaut técnico en el 11 asalto.
Cuatro años después, y aunque perdió ante Mayweather por decisión unánime, “El Orgullo de Caguas” terminó de pie y recibiendo elogios del “Money”.
“Eres un gran campeón”, le dijo Mayweather a Cotto en el ring. “Tú eres el oponente más duro que he enfrentado”.
Su lugar en la historia
A pesar de ser una pequeña isla, de Puerto Rico han salido boxeadores excepcionales, varios de ellos ya en el Salón de la Fama en Canastota, Nueva York. Aquí un ramillete de campeones mundiales:
Wilfredo “Bazuka” Gómez, nacido el 29 de octubre de 1956 en San Juan, hilvanó una racha de 32 victorias por nocaut entre 1974 y 1981. Se retiró en 1989 con récord de 44-3-1 y 42 KOs. En 1995 ingresó al Salón de la Fama del Boxeo Internacional.
Wilfred Benítez, nacido el 12 de septiembre de 1958 en Nueva York y criado en San Juan, se convirtió en el campeón mundial más joven de la historia el 6 de marzo de 1976, con 17 años de edad y marca invicta de 25-0. Se retiró con récord de 53-8-1 y 31 KOs. En 1996 fue exaltado en el Salón de los Inmortales.
Héctor “Macho” Camacho, nacido en Bayamón el 24 de mayo de 1962, empezó su carrera con 38 triunfos seguidos. Se retiró con marca de 79-6-3 y 38 KOs. Murió en noviembre de 2012 tras ser baleado en la cabeza en su isla natal.
Félix “Tito” Trinidad, nacido en Fajardo el 10 de enero de 1973, fue uno de los mejores welters en el boxeo mundial. Colgó los guantes en 2008 con récord de 42-3 y 35 KOs. En 2014 ingresó al Salón de la Fama.
Alfredo “El Salsero” Escalera, nacido en Carolina el 21 de marzo de 1952, dejó en alto al boxeo boricua; se retiró con marca de 53-14-3 y 31 KOs. Sus dos combates con Alexis Argüello son considerados como verdaderos clásicos del boxeo.
Tras derrotar al argentino Sergio Martínez en junio de 2014, Miguel Cotto se convirtió en el único púgil puertorriqueño en ganar títulos mundiales en cuatro divisiones. Wilfredo Gómez, Wilfred Benítez, Héctor Camacho y Wilfredo Vázquez se quedaron con tres.
¿Qué lugar le corresponde a Miguel Cotto en la gloriosa historia del pugilismo puertorriqueño?