Editorial: El cambio ganó en México
El oficialista Partido de la Revolución Institucional (PRI) fue uno de los victoriosos en la elección intermedia del domingo al retener su mayoría en la Cámara de Diputados. No obstante, y aunque parezca contradictorio, el gran triunfador de los comicios fue el cambio.
La novedad fue la victoria, por primera vez en la historia del actual sistema político, de un candidato independiente en una gobernación. Jaime Rodríguez, “El Bronco”, derrotó en Nuevo León a los candidatos del PRI y del Partido de Acción Nacional (PAN), confirmando el hartazgo de los votantes que anteriormente fueron gobernados 12 años por el PRI y 12 años por el PAN. Esta es una estocada al sistema político que seguramente alentará a la mayor participación de candidatos independientes en el futuro.
La victoria del PRI es significativa en momentos en que la popularidad de su figura, el presidente Enrique Peña Nieto, está por los suelos ante los casos de corrupción, inseguridad, matanzas y desapariciones. La aparente fortaleza del PRI fue producto de la crisis en los partidos opositores tradicionales.
El PAN se mantiene como la segunda fuerza electoral después del comicio, pero pagó un precio alto por la dificultad para diferenciarse del PRI, con quien ha mantenido alianzas; mientras que la izquierda está en crisis. El partido Morena del ex candidato presidencial, Andrés Manuel López Obrador, confirmó un sólido crecimiento que amenaza con desbancar al Partido de la Revolución Democrática como la tercera fuerza política nacional.
La amenaza de boicot a la elección no se hizo realidad, salvo en casos aislados en donde los manifestantes lograron su cometido de impedir que otras personas voten. Aunque la mayoría de los votantes mexicanos no necesitaron una protesta para no asistir a las urnas. El alto de grado de abstencionismo, mayor a la baja normal de participación en una elección intermedia, reflejó el descontento con las ofertas políticas y frustración con el sistema al que ven como corrupto e impune.
Por eso, las candidaturas independientes son una luz de esperanza en medio de la impotencia y el cinismo ciudadano. Ellas fueron la novedad que probó ser exitosa tanto en Nuevo León, como en otras contiendas, abriendo un camino esperanzador de cambio para México.
