Buena Gente: Un adiós que es más bien un ‘Gracias’

Durante varios años este rotativo publicó la sección de Buena Gente.

Fueron más de diez años de la sección Buena Gente y ahora que se cierra un ciclo me enfrento a la pregunta, difícil, de cómo despedirme de Buena Gente. ¿Es, acaso, eso posible? Lo resuelvo cambiando el aroma rancio de la despedida por el perfume fresco del agradecimiento, sincero y profundo, a ustedes, queridos lectores, que cada domingo, desde el 6 de marzo de 2005 -cuando comenzó la sección en este periódico-, han leído y disfrutado en la página de Buena Gente de estos centenares de mujeres y hombres de distintos países, dedicados a las más variadas profesiones y oficios.

Semanalmente, durante una década, escribí con la misma intención: Abrir una ventana para dar a conocer individuos que, día a día, en general anónimamente, contribuyen a cambiar algo; a solucionar un problema en sus barrios, en sus comunidades y, eventualmente, en la sociedad.

Gente de trabajo, solidaria, que confía en sí misma y en lo que es capaz de generar para ayudar a los demás. Tenaces, perseverantes. Personajes tan brillantes que iluminan el camino propio y el ajeno.

La ginecóloga y obstetra Carla Cerrato que, junto a la cineasta neoyorquina Alessandra Zeka, luchan en defensa de los derechos reproductivos de las mujeres.

El puertorriqueño Daniel Alvarez que enseña a niños las maravillas y secretos de la jardinería y la agricultura en el Botánico de El Bronx. Los trabajadores del desaparecido Restaurant ‘Windows on the World’ en las Torres Gemelas que, luego del 9/11, ayudaron a varios sobrevivientes, muchos meseros indocumentados, y supieron organizarse para fundar el restaurant/cooperativa ‘Colors’.

Tantos otros: Poetas, médicos, dramaturgos, actores y activistas, maestros, fotógrafos, costureros, exploradores, payasos, músicos y locutores. Buena Gente inmigrante, de Latinoamérica toda y de aquí, de Norteamérica también. Buena Gente de los cinco boroughs de Nueva York. Personajes que no se amedrentan por los obstáculos y siempre siguen hacia adelante.

Dreamers. Veteranos de guerra. Madres de hijos asesinados por brutalidad policial que quieren evitar que otras pasen por lo mismo. Historiadores empeñados en preservar el pasado para aprender de él. Increíbles personas que provienen de tierras parecidas pero distintas, de México a Argentina y comparten Nueva York como su laboratorio, a veces calvario, a veces playground.

A ustedes que disfrutaron la sección tanto como yo, Gracias. Gracias por acompañarme en este camino de dar con Buena Gente y recuerden: La Buena Gente está por todos lados, sólo hay que saber encontrarla.

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