Los republicanos y los medios
El debate entre los precandidatos presidenciales en CNBC revivió los prejuicios hacia los periodistas
La primera pregunta a los precandidatos presidenciales republicanos pidiendo que describan un defecto personal fue una mala señal de que el debate sobre temas económicos en el canal CNBC, especializado en finanzas, iba a terminar mal. El disgusto de los candidatos hacia los periodistas por hacer preguntas que consideraron capciosas e inapropiadas condujo a que cancelen un debate futuro ya planeado con NBC y Telemundo, privando a un público hispanoparlante de participar en el proceso .
En el mundo republicano se cree que la mayoría de los periodistas son liberales, que están en su contra, por eso las palabras más aplaudidas son aquellas que denuncian a los medios de comunicación. El jueves pasado la desorganización en el panel y algunas preguntas injustificables se prestaron para la indignación de los candidatos, incluso algunos de ellos también mintieron a gusto, aprovechando la desconcierto de los comunicadores.
El problema es que hay un conflicto de interés en este tipo de debate. Los republicanos quieren un foro para las ideas y opiniones de sus candidatos que buscan el respaldo de sus partidarios y nada más. Esta es una primaria donde todos opinamos, pero los que importan son muchos menos. Al mismo tiempo, los medios quieren ratings con estos debates, para ello promueven el choque entre los candidatos y hacen preguntas de actualidad sobre controversias del momento.
Es fundamental que el periodista pueda hacer su pregunta libremente. Lo desatinado del debate pasado es que los periodistas no se enfocaron en el presupuesto, en la reforma de los servicios sociales, en los impuestos y en las desigualdades económicas, entre otros. Había muchos temas para tocar, dentro del alcance económico preestablecido del debate. Los candidatos pudieron haberse enfrentado debatiendo el futuro financiero del país si los periodistas se hubieran preparado adecuadamente, porque tan solo en los planes impositivos hay mucho para cuestionar.
La solución no son periodistas republicanos para debates republicanos. Sino es tener comunicadores que comprendan el papel que cumplen en determinado debate y se preparen para él. Si CNBC quiso hacer puntos de audiencia en su debate preguntándole a Donald Trump si es una caricatura, ese no era su papel.
Así se desperdició una oportunidad de un debate productivo y perjudicó a los medios alimentando el prejuicio republicano de que los comunicadores están contra ellos.