México transa… ¡Y no avanza!

La sociedad mexicana paga de manera anual alrededor de 59,000 millones de dólares en sobornos

MÉXICO – “Acéitame la mano”, “¿cómo nos arreglamos?”, “lo dejo a su criterio”, “ponte guapo”, “ayúdame a ayudarte”, “no me des, pónme donde hay”. Todas las frases que se usan en México como eufemismos para pedir sobornos significan lo mismo, según el Instituto Mexicanos para la Competitividad (IMCO): empobrecimiento del país.

El organismo civil empresarial presentó hoy un “preocupante” informe titulado “Transamos y no avanzamos” con miras a romper la creencia popular de que en este país no se puede tener riqueza económica o reconocimiento social sin corromperse.

“Tenemos que acabar con esa idea”, dijo María Amparo Casar, directora Anticorrupción de IMCO al presentar las cifras y hechos que rompen con ese mito.

Casar dejó claro que las personas más pobres pagan hasta 33% de sus ingresos en cubrir actos de corrupción y el promedio general es de 14%. “Esto significa un impuesto por si mismo”, dijo.

De grano en grano, un soborno por aquí, un pago por acelerar un trámite por allá, una compra indebida de licitaciones o un dinero para inspectores, la sociedad mexicana paga ilícitamente de manera anual alrededor de 59,000 millones de dólares en su equivalente en pesos a funcionarios corruptos, a presidentes municipales, gobernadores, policías, diputados, secretarios de gobierno, empresas públicas…

Esto significa, por ejemplo, siete veces el presupuesto de la Secretaría de Desarrollo Social, la dependencia que combate la pobreza en el país, pero los costos van más allá de la economía, detalló Rodrigo Gallegos, director del proyecto, “impacta hasta el último eslabón social” .

Este año, por ejemplo, México descendió al nivel 36 para atraer la inversión extranjera “es el peor nivel, el de mayor rezago que hemos tenido” por sus debilidades derivadas de una u otra manera de la corrupción: la delincuencia, el índice de homicidios, la falta de libertad de prensa, el comercio informal y hasta el rezago de la agricultura y el embarazo adolescente.

La corrupción es el enemigo público número 1 de México”, concluyó IMCO y, como tal, debe tratarse, agregó.

Esto significa romper con el sistema político que lo fomenta después de la Revolución: la discrecionalidad de los líderes de los partidos para tener en sus manos el ascenso o descenso de las carreras políticas de sus subordinados a los que condicionan dependiendo se su fidelidad.

“Así se protegen unos de otros”, alertó Rodrigo Canales, profesor asociado de comportamiento organizacional de la Universidad de Yale.

Así se explica el porqué de los 272 escándalos más fuertes sobre políticos corruptos en México en los últimos 16 años sólo 21 tuvieron una sanción judicial.

“La corrupción va de la mano derecha de la impunidad y en México de los 33 millones de delitos que se comenten al año sólo 108, 216 reciben una sentencia”, detallo Casar.

Sistema integral

IMCO hizo un llamado a crear un sistema integral que ataque la corrupción, que vigile las licitaciones, las licencias de uso de suelo, el sistema de compras gubernamentales y a los inspectores del gobierno. “El Sistema Nacional Anticorrupción no es suficiente”.

El dinero en efectivo es a la corrupción lo que el agua a la navegación. Tenemos que empezar a relacionar oficialmente al dinero en efectivo a los secuestradores, narcotraficantes y corruptos”, destaca Juan Pardinas, director de IMCO.

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