Más 45,000 personas en la Gran Manzana pasan hambre
Preocupa en NYC la creciente necesidad de alimentos entre familias trabajadoras que ganan el salario mínimo
Nueva York— Las compras en víspera del Día de Acción de Gracias y Viernes Negro no ocupan a la dominicana Madeleine Burdier (36), madre de cuatro chicos, quien depende de los alimentos provistos por la iglesia St. John’s Bread and Life Soup Kitchen para sobrevivir.
“No estoy pensando en cómo gastar el dinero, sino en cómo hacerlo rendir”, expresó, mientras esperaba su turno para surtirse de víveres. “Perdí mi apartamento y ahora vivo con mis niños en un refugio. Es terrible enfrentarme día con día al dilema de poner pan en la mesa o costear los gastos más básicos”.
Burdier contó que el Huracán Sandy le arrebató su hogar en Nueva Jersey. Esperando comenzar de nuevo buscó refugio en Bushwick, el barrio en el que creció. Pese esforzarse por encarar la situación, un salario mínimo de $8.75 la hora no fue suficiente para pagar el alquiler y terminó dependiendo de la asistencia pública.
“Cada mañana le sirvo el desayuno a mis hijos pidiendo a Dios que sea suficiente para que no vayan con hambre a la escuela”, comentó. “Hay días en los que la comida no alcanza para mí”.
Los hijos de Burdier son parte del 21% de menores que padecieron inseguridad alimentaria entre 2012 y 2014 en la Gran Manzana, según un reporte de la Coalición contra el Hambre de la Ciudad de Nueva York, que se presentó el martes en la iglesia St. John’s Bread and Life Soup Kitchen. El sitio ofrece alimentos y servicios sociales a familias pobres desde hace tres décadas.
El estudio de la Coalición reveló que el porcentaje de niños con hambre en la ciudad para 2012-2014 fue mayor que el registrado (19%) en la recesión económica que enfrentó el país entre 2006 y 2008.
El alcalde Bill de Blasio expresó su preocupación por lo que describió como una epidemia de hambre que pone entre la espada y la pared a los neoyorquinos más necesitados.
“La crisis alimentaria en la ciudad es producto de otras crisis, como la falta de vivienda accesible, un salario mínimo insuficiente y servicios médicos costosos”, dijo el mandatario en una conferencia de prensa. “Diariamente nuestras familias están obligadas a decidir entre comprar alimentos o pagar el alquiler”.
El funcionario hizo un llamado a Albany y Washington para que formulen políticas humanas y realistas que respondan a la epidemia de hambre, como garantizar un salario mínimo de $15 la hora y devolver los fondos que fueron cortados a los programas de nutrición.
El reporte puso en relieve que tanto el salario mínimo de $ 8.75 por hora equivale a ingresos de $ 15.925 anuales para un empleo de tiempo completo, lo que deja a un trabajador con un sólo niño por debajo de la línea de pobreza federal.
“Muchas familias trabajadoras gastan hasta el 70% de sus salarios en alquiler. Es imposible que puedan costear una buen nutrición para sus hijos”, explicó Joel Berg, director de la Coalición. “Los padres están obligados a tener dos o tres empleos para sanar las finanzas familiares, y los centros que proveen alimentos terminan siendo un salvavidas permanente”.
En el lapso de 2012-2014 un estimado de 450.000 residentes de la ciudad de Nueva York sufrió inseguridad alimentaria. Para ese periodo, el 48% de los adultos de entre 15 y 65 que padecieron hambre tenía un empleo de tiempo completo.
La Coalición puso en relieve que entre diciembre de 2012 y septiembre de 2015, la cifra de beneficiados del Programa de Asistencia de Nutrición Suplementaria (SNAP) en la ciudad de Nueva York se redujo de 1.898.028 a 1.696.174, lo que representa un 11% (201,854-personas) menos.
Mientras que el gobernador Andrew Cuomo fue capaz de implementar una acción ejecutiva para afrontar los cortes federales, gran parte de la reducción fue más allá del poder del Estado o de la Ciudad. El beneficio promedio de SNAP en la ciudad de Nueva York se redujo de $162 por persona por mes en diciembre de 2012 a cerca de $148 por persona por mes en septiembre de 2015.
El alcalde Bill de Blasio apeló a la compasión de los neoyorquinos y pidió hacer donaciones de dinero o alimentos llamado al 311.