¿Y ahora qué, Venezuela?

Los retos para la oposición, con su nueva posición de poder en la Asamblea Nacional y de un debilitado Presidente Nicolás Maduro, en momentos en que ese país sufre una de las peores crisis económicas de su historia.

Lo que sigue a las elecciones del domingo en Venezuela es un camino complicado en el que oposición y chavismo deberán medir cuidadosamente sus acciones y buscar algún tipo de consenso que les permita colaborar en algunas áreas importantes para sacar al país de la profunda crisis económica y social en la que se encuentra, dijeron hoy politólogos en Venezuela y los Estados Unidos.

No obstante, la oposición tendrá más margen del que se había pensado el domingo por la noche. Información recibida por La Opinion de fuentes cercanas al CNE venezolano indican que la coalición de partidos opositores Mesa de la Unidad Democrática (MUD) alcanzará los 112 escaños frente a 51 para el Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV).

Con esto, la MUD tendrá dos tercios de la Asamblea Nacional, una llamada “super mayoría” que les permitirá derogar leyes existentes, proponer reformas constitucionales, nombrar poderes públicos y tener control del presupuesto del país.

Entre las primeras prioridades de la oposición estará, según han indicado, una Ley de Amnistía que de libertad a docenas de presos, incluyendo al líder de oposición Leopoldo López. 

El primer boletín de resultados dado el domingo por la noche, dio a la oposición un total de 99 escaños frente a 46 del PSUV (Partido Socialista Unido de Venezuela) pero quedaban 22 escaños por definir, lo que ocurrió el lunes. 

Según el politólogo y profesor de la Universidad de Carabobo Yván Serra Díaz, la oposición se enfrenta a las expectativas del pueblo que ahora espera solución a los problemas de la casi hiperinflación, la escasez de productos y la inseguridad del país. Resolver esos asuntos sin algún tipo de acuerdo con el gobierno será más difícil de lo que parece.

“El ejecutivo sigue estando en manos de Maduro y si algo no pasa, como un referendo revocatorio, debería estarlo hasta 2019”, dijo Serra. “La oposición podría, por ejemplo, derogar la ley de precio justo que regula los precios. Si derogaran esa ley, el presidente no la puede aplicar. Pero si lo hacen los precios de los productos van a subir por un tiempo. Lo mismo si liberan el dólar. La cuestión es si la oposición quiere pagar el precio político que eso implica. Tú estás enfermo y te quieres curar, pero el tratamiento puede ser desagradable”.

Sacar al país de la crisis requeriría que hubiera un consenso entre gobierno y asamblea y que ambos estén dispuestos a compartir el costo político de las reformas, agregó Serra. “Esto requiere que personas que han aprendido a odiarse, tengan ahora que entenderse”.

El triunfo de la oposición se logró, explicó el experto, por el aumento del voto castigo de las clases populares y las zonas rurales, antes parciales hacia el chavismo, hacia el gobierno de Nicolás Maduro.  “Fue un voto castigo abrumador, el pueblo está molesto, desencantado con el gobierno”.

Para Jennifer McCoy, directora del Instituto de Estudios Globales de Georgia State University, la oposición debe usar su super mayoría con cuidado.

“El peligro acá es que la oposición decida tratar de cambiar las cosas muy rápido. Eso podría causar una reacción defensiva del chavismo para proteger sus intereses, creando más conflicto y retrasando la necesidad de resolver los problemas más serios del país, el económico y el de la seguridad, por medio del diálogo y la negociación”, dijo McCoy, quien es experta en Venezuela.

Si ambos lados se dedican a mostrar su fuerza, podrían posponerse las decisiones que hacen falta para resolver la crisis, agregó.

“Es muy probable que la oposición empiece un movimiento hacia un referendo revocatorio, que si pasa en 2016 podría generar elecciones. Y si pasa después, podría terminar poniendo a cargo al actual vicepresidente por el resto del período de Maduro”, dijo Mc Coy, “La pregunta es, ¿el enfoque estará en quitar a Maduro o en colaborar para las reformas necesarias? Está claro, sin embargo, que la Revolución Bolivariana es vulnerable y que el venezolano ha expresado su frustración con ese proceso”.

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