EEUU y Cuba reanudarán vuelos comerciales por primera vez en más de medio siglo

WASHINGTON.- El acuerdo pactado entre EEUU y Cuba para reanudar los vuelos comerciales es apenas el inicio de más oportunidades para negocios en ambos lados del estrecho de Florida que, no obstante, deberán sortear un camino repleto de obstáculos.

Al cumplirse hoy el primer aniversario del deshielo entre ambos países, las autoridades informaron del “memorándum de entendimiento” pactado anoche para restablecer los vuelos comerciales desde y hacia Cuba, por primera vez en más de 50 años, lo que pondrá a prueba la infraestructura del turismo en la isla.

Aunque por ahora sólo estadounidenses en 12 categorías pueden viajar a Cuba, la esperanza es que el acuerdo –que tardará varios meses en implementarse- propicie vuelos más frecuentes y más baratos, y un proceso de reservas simplificado.

Las aerolíneas beneficiadas por el acuerdo son American Airlines, United Air, y Jet Blue.

En la actualidad, quienes viajan a Cuba deben hacer sus reservas a través de vuelos fletados (vuelos “chárter”) que salen únicamente de los aeropuertos internacionales de Miami y Tampa, Los Angeles, Nueva York, Chicago, Baltimore, Dallas/Fort Worth, Nueva Orleans, Pittsburgh, Atlanta, y San Juan (Puerto Rico).

Sin embargo, es un proceso complicado, con restricciones y altas tarifas por la facturación de equipajes.

Más oportunidades de negocios

Una vez concretado, el acuerdo de aviación será el de mayor alcance desde el anuncio del deshielo, que también ha producido la reapertura de las respectivas embajadas en Washington y La Habana, y un acuerdo para el restablecimiento del servicio de correos directo.

La nueva era diplomática ha despertado mucho interés en más oportunidades de negocios en ambos países. De hecho, buena parte del empresariado estadounidense respalda la flexibilización del embargo impuesto en 1961.

Este año, aunque divididos por ideologías, el gobernador demócrata por Nueva York, Andrew Cuomo, y el republicano por Texas, Greg Abbott, han liderado delegaciones comerciales a Cuba en busca de oportunidades.

Empresas como Airbnb, con sede en San Francisco (California),  ya tienen permiso de operar en Cuba, al igual que las empresas de telefonía Sprint, Verizon.

Mientras la IDT Corporation, con sede en Nueva Jersey,  ha establecido servicios de llamadas de larga distancia directas a Cuba.

Por otra parte, el banco Stonegate, con sede en el sur de Florida, obtuvo luz verde para emitir una tarjeta de débito, bajo el logo de MasterCard, para su uso en Cuba.

“Esto es una buena oportunidad de negocios entre empresas estadounidenses con el emergente sector privado en Cuba, que ahora numera alrededor de medio millón de personas… varios gobernadores han viajado a Cuba, y alrededor de una decena de gobernadores presionan al Congreso para que levante el embargo, que ya ha ocasionado muchas pérdidas al sector agrícola en EEUU”, dijo a este diario James Williams, director ejecutivo de “Engage Cuba”, que participó en las negociaciones de Stonegate.

En el campo médico, el Instituto para el Cáncer Roswell Park, con sede en Buffalo (Nueva York), suscribió un acuerdo para poner en marcha pruebas clínicas con una vacuna contra el cáncer del pulmón desarrollada en Cuba.

Otras empresas ya han hecho cola para negociar acuerdos comerciales en la isla, incluyendo Netflix, Google, PepsiCo, la línea de cruceros Carnival, y la empresa de refacciones de automóviles, NAPA Auto Parts.

El modelo de Adorgraf

La incipiente apertura comercial también beneficiará a empresas cubanas privadas.

A principios de año, por ejemplo, Adorgraf, dedicada a la producción de envases publicitarios, pactó una histórica alianza con la empresa neyorquina Commonwealth –conocida por marcas como Lacoste y Valentino-, en lo que se considera un acuerdo sin precedente desde 1959.

En entrevista telefónica con este diario, el presidente de Adorgraf, Rubén Valladares, calificó de “positivo” el deshielo diplomático porque “50 años fue demasiado tiempo”.

“Hay enormes oportunidades en un país que está necesitado de todo, especialmente para facilitar la importación de materias primas para mejorar nuestros productos y también para exportarlos“, dijo el “cuentapropista”, como se conoce a empresarios del emergente sector privado en la isla.

Según Valladares, el principal obstáculo para normalizar las relaciones y fomentar el comercio bilateral es el “bloqueo” de EEUU, aunque está consciente de que solo el Congreso puede eliminarlo.

Cautela frente a obstáculos

Sin embargo, tomando en cuenta la continuidad del regimen comunista en la isla, no es realista pensar que las cosas cambiarán a corto plazo, por lo que los empresarios en ambos países seguirán afrontando trabas, afirmaron a este diario dos expertas de la Universidad de Michigan, de origen cubano.

Según Silvia Pedraza, profesora de Sociología, uno de los problemas actuales es el patrón de “abrir y cerrar” oportunidades comerciales que ha tenido el gobierno cubano en más de medio siglo y que, a su juicio, crea incertidumbre.

“Hoy le permiten a un agricultor vender sus productos excedentes en el mercado, y mañana, no; hoy le permiten a un cuentapropista vender ropa que recibe de EEUU, y mañana le cierran su tienda independiente” por el temor a fomentar su independencia, explicó.

La antropóloga Ruth Behar, recorrió recientemente un sector de La Habana, poblado de nuevas boutiques, cafés, estudios de baile de salsa y tiendas de helados, y también le preocupa el impacto de estos cambios.

“Me preocupan las personas que dependen de la red de seguridad socialista. ¿Qué va a pasar a los que no son capaces de subirse al carro de la empresa privada? La crisis de inmigración que estamos viendo ahora es una clara respuesta a la desesperación algunos están sintiendo en Cuba”, puntualizó.