Conmemoran primer aniversario de asesinato de policías en Brooklyn
Padre de uno de los agentes rompió en llanto durante discurso
Al cumplirse el primer aniversario del asesinato de los oficiales Rafael Ramos y Wenjian Liu en Brooklyn, funcionarios de la ciudad honraron su memoria en la comisaría 84 de la policía donde prestaban servicio. Allí fueron develadas dos placas de bronce conmemorativas.
El alcalde Bill de Blasio, el comisionado de la policía Bill Bratton, así como varios funcionarios de la ciudad acudieron a la ceremonia a la que asistieron también familiares y amigos de los dos uniformados. Ramos de 40 y Liu de 32 años, fueron ejecutados mientras se encontraban sentados en su patrulla en la sección de Bedford-Stuyvesant, por un sujeto que luego se quitó la vida.
“El 20 de diciembre es un día muy solemne para todos nosotros”, dijo de Blasio. “Dos de los mejores de Nueva York fueron atacados por el uniforme y la insignia que llevaban. Sus familias nos continuarán inspirando por su permanente presencia”, recalcó. Los más allegados a los oficiales -sentados en primera fila- escuchaban con lágrimas en los ojos las palabras del alcalde.
El comisionado de la policía Bill Bratton indicó que la muerte de los dos uniformados no podía ser olvidada. “Su sacrificio no fue en vano”, dijo Bratton. “Estas placas conmemorativas se montarán en la comisaría permanentemente para que cualquier persona que entre en esta estación recuerde el sacrificio que ellos hicieron”, subrayó.
El momento más emotivo de la ceremonia -sin duda- fue cuando el padre del oficial Liu, Wei Tang Liu, se dirigió a la audiencia y habló. Aunque lo hizo en cantonés, no era necesario entender lo que estaba diciendo, su inconsolable llanto y su quebrada voz denotaba el inmenso dolor que hizo a más de uno de los presentes romper en llanto incontrolable ante la vista del hombre abatido por la pérdida de su hijo.
Luego Xia Chen Pei, viuda de Liu hizo la traducción de sus palabras. “Antes de la muerte de mi hijo, escuchaba su voz cada día”, tradujo entre lágrimas. “Daría cualquier cosa por verlo a él y escuchar su voz nuevamente”, finalizó diciendo.
Ni Martiza, la esposa de Ramos, ni ninguno de los hijos -Justin y Jaden- dijeron nada durante el evento.
Luego de la ceremonia los funcionarios, la comitiva de la uniformada y los familiares se trasladaron a la esquina de las avenidas Myrtle y Tompkins, el lugar donde fueron asesinados los policías para colocar dos ofrendas florales con los nombres de los oficiales en letras plateadas y con cintas azules. Las flores fueron colocadas a las 2:47 de la tarde, la hora aproximada en que fueron abatidos.
