El problema sexual del que las mujeres no quieren hablar

Nuevos lubricantes podrían ser la solución

menopausia

Crédito: Shutterstock

PUERTO RICO – Es un tema que muchas mujeres prefieren callar. Menos aun si les afecta sus relaciones sexuales. Sin embargo, la resequedad vaginal es un asunto del que toda fémina debería conversar con su médico -y con su pareja-, no importa su edad.

De hecho, normalmente se piensa que es un problema que solo afecta a mujeres en la menopausia, una etapa que trae consigo una serie de cambios hormonales que tienen una evidente repercusión en la salud.

Y, aunque ciertamente la resequedad vaginal llega como parte de la  pérdida de funcionamiento ovárico y disminución en la producción de hormonas, especialmente de estrógeno, también es una situación por la que pueden pasar mujeres más jóvenes por otras razones, señala doctora Susana Schwarz, ginecóloga y catedrática del Recinto de Ciencias Médicas, de la Universidad de Puerto Rico.

“La resequedad vaginal no es solo por la menopausia. Los momentos importantes en que una mujer puede sufrir de sequedad son varios. Uno es después del parto y cuando está lactando porque el estrógeno baja bastante y puede sentir bastante sequedad. También, si está usando anticonceptivos orales porque les baja el nivel de hormonas, así como pacientes con infecciones vaginales que sienten más irritación y sequedad, especialmente durante la infección o el tratamiento”, explica la ginecóloga, aunque indica  que lo más común que se ve son mujeres que están cerca o en la menopausia “cuando esa vagina que, normalmente es arrugada, se pone más lisa y transparente, por lo que se lastima más fácilmente”.

Y es que de la salud sexual de la mujer se habla muy poco, afirma el doctor Eric Weiss, reconocido cirujano plástico y químico graduado de la Universidad de Duke en Carolina del Norte. El médico visitó recientemente Puerto Rico para dar a conocer la  historia detrás de la creación de Love Lotion, un producto que según dice, es una alternativa natural en el mercado para restituir el “bienestar y la intimidad saludable de la pareja”.

Precisamente, el cirujano cuenta que tras 32 años de estar felizmente casado con su esposa Christine, un desafío en la salud de ellas trajo consigo cambios hormonales que conspiraron en contra de la pareja y su intimidad, algo que desde siempre habían atesorado.

Además, indica Weiss, los niveles de estrógeno varían durante el ciclo menstrual y hay muchos días, especialmente durante la ovulación, en que los estrógenos  están lo suficientemente bajos como para afectar la función sexual normal.

“Las pastillas anticonceptivas, un estímulo sexual inadecuado, ciertos antidepresivos, antihistamínicos y medicamentos para la hipertensión también pueden llevar a una falta de lubricación natural. Así que este es un gran problema para personas adultas que se mantienen sexualmente activas”, agrega Weiss.

Según explica,  cuando su esposa le expresó su preocupación y, después de investigaciones y discusiones con especialistas en ginecología y obstetricia,  concluyó que debido a que la lubricación era menor, había más fricción y menos placer.

“Eric me explicó que según las personas envejecen, hay menos circulación de sangre en la pelvis. Para los hombres esto significa más dificultad en tener y mantener una erección, mientras que para las mujeres es la disminución en la lubricación. Los hombres tienen más opciones, con medicamentos como  Viagra y  Cialis; y las mujeres múltiples tipos de lubricantes. Pero luego de un viaje a una farmacia, nos dimos cuenta que no había un producto efectivo que mejorara nuestra vida sexual”, recuerda Weiss.

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Relación sexual satisfactoria

Con el fin de intentar que el sexo sea más placentero, sobre todo en los casos de sequedad vaginal -que hace la penetración dolorosa-, generalmente se usan lubricantes.

Pero además, dice la doctora, ella también recomienda el uso regular de humectantes debido a que   ayuda a la pared vaginal a retener el agua, lo que genera un engrosamiento del tejido que soporta mejor la fricción de las relaciones sexuales.

“Uno de los más usados es Replens, que se puede usar  de dos a tres veces en semana. Mientras que los lubricantes  se pueden usar en el momento que se van a tener relaciones o antes como parte del juego sexual”, recomienda la ginecóloga.

Y es que cuando hay resequedad vaginal, el uso de lubricantes ayudan a evitar la fricción, irritaciones e incluso desgarros en las zonas íntimas y permite disfrutar el momento de la penetración. Los lubricantes se pueden clasificar en dos grupos: los de base oleosa (derivados del petróleo), como la vaselina o silicona y los lubricantes a base de agua.

Los de silicona son más densos, resbalan más y ayudan mucho más a la lubricación  porque no se secan. Mientras que los que son a base de agua  se promueven cuando la pareja usa condones porque no los debilita como hacen los que son a base de aceite.  Pero hoy día, indica Schwarz, hay que tener en cuenta que también hay varios tipos de condón y algunos resisten más.

Sin embargo, cuando son a base de agua esta se evapora con más facilidad y es normal tener que aplicarlo varias veces durante la relación sexual. También pierde utilidad en la bañera o en la ducha, ya que se disuelve con el agua.

“Para las mujeres que no usan el condón o que están en la menopausia, el lubricante a base de aceite es una opción, aunque no se recomienda que tenga perfumes o ingredientes que pueden ser perjudiciales”, advierte la catedrática. Cabe destacar también que algunos lubricantes contienen ciertos químicos, como alcanfor, sales, hidratos de carbono y proteínas que promueven que las células pierdan agua y se produzca más sequedad en las paredes de la vagina.

Weiss también llama la atención sobre nuevos estudios que han cuestionado los químicos con los que se fabrican algunos lubricantes, sobre todo, los que contienen glicerina y parabenos, que pueden tener un riesgo mayor. De ahí la importancia, recomienda, que verifiques las etiquetas antes de comprar.

Además, las mujeres con resequedad vaginal también pueden   usar, bajo supervisión del ginecólogo, pequeñas dosis de estrógeno en el área vaginal.

“Muchos de estos productos vienen con aplicadores. El problema es que a veces, en vez de usar media pulgada de estrógeno (como el tamaño de la uña del pulgar) se usa todo, que es demasiado y algunas mujeres terminan sangrando por usar tanto estrógeno”, señala Schwarz,  al tiempo que indica que cuando se usa adecuadamente, ayuda a mejorar la calidad de la piel en la vagina. Pero advierte que no se puede usar en mujeres que tengan cualquier contraindicación de uso de estrógeno.

Loción de amor

Según cuenta Weiss, desde que decidieron que los lubricantes en el mercado no eran una opción para ellos,  comenzaron  a experimentar con  aceites esenciales y productos botánicos orgánicos.  “Mi esposo  tiene un gran conocimiento en química orgánica, además de ser médico cirujano.   Así comenzó un proceso que ha sido divertido y educativo, además de acercarnos más en el trayecto. Hicimos investigaciones juntos, preguntamos a amigos, pacientes, grabamos todo e hicimos una lista de lo que una loción de amor debía tener”, cuenta Christine, quien dice que participó con su esposo en todo el proceso.

(Por: Ileana Delgado Castro)

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