Obama entrega su última solicitud presupuestaria al Congreso
Lista de deseos afronta desde ya ataques de los republicanos
WASHINGTON.- En el último año de su mandato, el presidente Barack Obama presentó este martes al Congreso un presupuesto de $4,1 billones para el año fiscal 2017, una ambiciosa lista de deseos orientada a la clase media y la gente pobre, incluyendo millones de latinos, que desde ya afronta ataques de los republicanos en el Congreso.
Por una ley federal de 1974, el Ejecutivo tiene que enviar al Congreso una propuesta de gastos detallada para cada año fiscal que comienza el 1 de octubre. El plan delinea las prioridades de la Administración, aunque el Congreso puede disminuir o aumentar los montos en determinadas áreas.
Así, el voluminoso documento de 182 páginas incluye gastos “discrecionales” para todas las agencias federales por $4,1 billones, además de que prevé reducir el déficit por $2,9 billones en la próxima década a través de un aumento de impuestos para los millonarios y ahorros en los programas de “Medicare” y “Medicaid”.
“Mi presupuesto realiza inversiones críticas a la vez que se ciñe al acuerdo presupuestario bipartidista que promulgué en otoño pasado… reduce el déficit y mantiene el progreso fiscal a través de ahorros provenientes de las reformas del cuidado de salud, inmigración e impuestos”, afirmó Obama en el documento.
Previamente, en una conferencia telefónica con periodistas, también funcionarios de alto rango de la Administración Obama aseguraron que el plan supondrá ahorros a largo plazo, porque aumentaría la recaudación de impuestos de los trabajadores legalizados en una eventual reforma migratoria.
Las prioridades de Obama, con toque hispano
En líneas generales, la propuesta pide mayores inversiones para ayudar a la clase media; para la infraestructura nacional; para la educación; la aplicación de una reforma judicial, y la creación de empleos y programas contra la pobreza en EEUU, entre otras prioridades.
Los fondos ayudarán a financiar programas federales que benefician a los hispanos y niños pobres, según una hoja distribuida por la Casa Blanca que destaca, entre otros:
- $82,000 millones en fondos adicionales para ampliar el acceso a cuidado de niños para familias trabajadoras de ingresos bajos o moderados, con la meta de ampliarlo para más de 1,1 millón de menores de 4 años de edad para 2026.
- Crédito tributario de hasta $3,000 por el cuidado de cada niño menor de cinco años, a través del “Crédito para Cuidado de Niños y Dependientes” (CDCTC), que también estará disponible para familias con ingresos de hasta $120,000.
- Propone $9,600 millones para ampliar los programas de “Head Start” y aumentar el número de niños que participan en éstos.
- Pide $350 millones para los programas preescolares “Preschool Development Grants” (PDG) administrados por los departamentos de Salud y de Educación, que ya están ayudando a 18 estados a ampliar esos programas para niños pobres.
- Amplía las inversiones para programas de visitas a los hogares por parte de enfermeras, trabajadores sociales y otros profesionales, incluyendo $20 millones para zonas rurales.
- Propone $907 millones para programas preescolares destinados a niños con problemas de desarrollo y aprendizaje.
El presupuesto de educación totaliza $69,400 millones en fondos discrecionales, o un incremento del dos por ciento sobre el año fiscal 2016, y busca ampliar los programas preescolares en todo EEUU; el acceso a dos años gratuitos en colegios universitarios estatales, y mejorar la preparación de estudiantes pobres, de minorías, o con dispacidades, y de estudiantes de inglés, para las universidades y el mercado laboral.
También destina $120 millones para el programa “Stronger Together Grants”, para aumentar la diversidad social y económica en las escuelas públicas.
En el área de salud, solicita $152,000 millones para investigaciones científicas, incluyendo la búsqueda de una cura contra los cánceres más comúnes en este país, y $500 millones para ampliar los servicios de salud mental, entre otros.
En materia fiscal, el plan duplica a mil dólares el límite en el crédito tributario sobre el ingreso (EITC, en inglés) para trabajadores sin hijos menores de edad, y mantiene la meta de reducir la pobreza para 13,2 millones de trabajadores de bajos recursos, incluyendo ocho millones de latinos que recibieron este beneficio tributario en 2013.
Además, fortalece el programa de “Asistencia Temporal para Familias Necesitadas” (TANF, en inglés), que incluye ayudas para millones de niños en extrema pobreza.
La propuesta también incluye $2,000 millones en fondos de emergencia para familias al borde de una crisis financiera, o ya afectadas por una, ampliando su acceso a programas de asistencia económica, capacitación laboral, cuidado de niños, y servicios de salud mental, entre otros.
En el área de vivienda, el plan propone $35 millones para el programa “Jobs-Plus” para ayudar a 8,750 personas en viviendas subsidiadas a encontrar empleo, y otros $75 millones para otro programa del Departamento de Vivienda (HUD) que provee un amplio gama de servicios sociales para hogares con subsidios públicos.
Otro frente de lucha con el Congreso
Pero el plan presupuestario, tal como está concebido, prevé un déficit de $503,000 millones para el año fiscal 2017, que aunque es menor que el de $616,000 millones en el año fiscal en curso, con seguridad abrirá un frente de batalla con los conservadores en el Congreso.
“El último prespuesto del presidente mantiene el enfoque en nuevos gastos en vez de hacer frente al masivo aumento de gastos de nuestro país, y una exorbitante deuda de $19 billones”, se quejó el presidente del Comité de Presupuestos del Senado, Mike Enzi.
Rompiendo con la tradición, los republicanos se niegan a hacer audiencias públicas con el director de presupuesto de la Casa Blanca, Shaun Donovan, para explicar el documento.
El saliente líder de la minoría demócrata en el Senado, Harry Reid, calificó la decisión republicana como un “comportamiento partidista llevado al extremo, y aseguró que el plan de Obama le da prioridad a la clase media y exige que los millonarios paguen lo que debidamente les corresponde en impuestos.
Pero el presidente del Comité de Asignaciones de la Cámara de Representantes, el republicano Hal Rogers, dijo que su comité realizará extensas audiencias para revisar “línea por línea” la propuesta”, al advertir de que el Congreso tiene la última palabra sobre “qué recortar y qué financiar”.