Horarios flexibles para los trabajadores

Imaginemos el caso de una madre soltera que tiene un niño pequeño. Viven en Queens y ella trabaja en una tienda al por menor en el Queens Center Mall. La tienda anuncia el horario de trabajo de sus empleados (cuando cada uno debe presentarse al trabajo) sólo tres o cuatro días antes del inicio de la próxima semana.

Además, por lo menos una vez por semana, esta empleada es llamada por teléfono para presentarse al trabajo con sólo 3 horas de sobreaviso. Queriendo aceptar la oferta, ya que le daría una entrada extra, necesita de inmediato una babysitter.

Este ejemplo se repita miles de veces en nuestra ciudad. Esquemas de horario que no son anunciados con la anticipación de rigor, impactan negativamente las vidas de quienes gana poco y están empleados por hora. Para las mujeres, el problema es más agudo ya que ellas constituyen dos tercios de los empleados de baja remuneración y sin embargo, están encargadas de la mayoría de las obligaciones domésticas.

Los esquemas de horarios de último momento son el modelo que usan los restaurantes y las grandes cadenas comerciales que cuentan con enormes planteles de empleados. Este modelo, indudablemente, agrega más estrés al que de por sí aqueja a los trabajadores de bajo ingreso y les impide calcular el total de sus ingresos mensuales.

Casi la mitad de los trabajadores hispanos y afro-americanos reportan una semana o menos de sobreaviso en sus esquemas de horario. Además, casi dos tercios de las mujeres, son las proveedoras principales de sus familias y un cuarto de las familias tienen a una madre soltera como jefa de familia.

En resumen, estos esquemas de horarios que se anuncia a último momento afectan desproporcionadamente a más mujeres en los grupos minoritarios. Es evidente que este método no conduce al bienestar de la clase trabajadora neoyorquina, que tanto contribuye a la economía de nuestro estado.

En un reporte reciente del contralor Scott M. Stringer se demostró que este modelo crea una continua rotación de personal, una alza en el numero posiciones de medio tiempo, perpetúa la pobreza e interfiere en el cuidado de niños en guarderías. El estar a la espera de un llamado telefónico para saber si ese día hay trabajo es negativo tanto para los individuos como para la comunidad en general.

Los estudios han demostrado que un buen esquema de horarios no es sólo posible sino que es beneficioso para los negocios y aumenta la productividad. Grandes cadenas como J.Crew, Urban Outfitters y Victoria’s Secret dejaron ya de usar el método de las llamadas telefónicas de último momento. Eric Schneiderman, Fiscal General de Nueva York, indagó el tema y recibió apoyo de las grandes cadenas de Gap y Target. Aunque es un buen comienzo, todavía se siguen dando los cambios de horario de último momento que a veces ni se anuncia.

En Nueva York, con una de las economías más florecientes en los Estados Unidos, ahora es el momento más propicio para empezar esta forma de horario programado. Por eso es que estoy introduciendo legislación que garantice horarios planeados y a la vez ofrezca flexibilidad.

Con el gran desarrollo de nuestra economía y el aumento en el número de trabajos, es importante proteger a las familias y a las mujeres en empleos de bajo pago. Nuestro estado de Nueva York siempre progreso por la calidad laboral de sus habitantes.

Esta es me invitación para que juntos creemos un método claro que lleve a una notable mejoría de los trabajadores y el planeamiento de sus jornadas laborales.

-La asambleísta Nily Rozic representa los Queens vecindarios de Fresh Meadows, Bayside, Auburndale, Hillcrest and Flushing. Ella preside el Subcomisión para la Fuerza Laboral Emergente en la Asamblea de Nueva York.

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