Un ‘toque’ de láser contra la resequedad vaginal
El Mona Lisa Touch ha demostrado ser muy eficaz para resolver un problema común entre las mujeres menopáusicas
En sólo cinco minutos, sin dolor y a un costo relativamente bajo, Carmen solucionó uno de los problemas que más le afectaban a ella y a su pareja: la resequedad vaginal.
“Cuando tenía relaciones era como que me estaban cortando allá abajo. Tuve como siete años con el problema, hasta que me hice el tratamiento”, comentó la hispana de 55 años, haciendo referencia al procedimiento con láser que mejoró su vida sexual: el Mona Lisa Touch.
Usado en Europa desde hace más de cinco años, y aprobado en el país a comienzos del 2015, el mismo consiste en el uso de un láser fraxional CO2 para tratar las paredes vaginales, similar al que se usa en los spas para mejorar la piel del rostro.
“La vagina de una mujer de 35 años tiene mucho colágeno con un epitelio grueso, lo que ayuda a mantener la zona humectada”, explica el Dr. Ronald D. Blatt MD F.A.C.O.G, especialista del Manhattan Center for Vaginal Surgery (manhattancenterforvaginalsurgery.com). “Pero al momento que la mujer alcanza los 50 o después de la menopausia, el epitelio es más delgado y con menos colágeno, lo que produce que las relaciones sexuales se conviertan en dolorosas, sin lubricación, produciendo sangramiento y hasta posibilidades de infección urinaria”.
Dr Blatt, uno de los primeros en el país en especializarse en tratamientos vaginales, asegura que con el Mona Lisa Touch la vagina recupera las características de la de una mujer de 35 años, “todo vuelve atrás”.
El efecto del láser sobre el tejido de la mucosa vaginal estimula la producción de colágeno, mejora la funcionalidad de la zona y se restablece el flujo sanguíneo.
Rápido y sin dolor
La paciente no necesita preparación ni reposo para recibir el tratamiento. Al asistir al consultorio, el especialista inserta la punta del láser dentro de la vagina e inmediatamente lo activa para que suelte pulsaciones de energía, que no producen ningún tipo de dolor.
En un promedio de cinco minutos se trata toda la zona, e inmediatamente la mujer puede retomar sus ocupaciones y luego de cuatro días, reiniciar su vida sexual.
“Enseguida empecé a lubricar y noté la diferencia al tener relaciones, porque ya no me dolía”, recuerda Carmen, quien se lo ha hecho en dos oportunidades.”Lo recomiendo al 100%”.
Los resultados se notan cuatro días después del primer tratamiento, sin embargo el Dr. Blatt recomienda recibir otro a las seis semanas, para luego, cada seis meses o un año, hacerse uno de mantenimiento.
El procedimiento también resulta muy útil para las sobrevivientes de cáncer, en sus 30’s o 40’s, quienes no pueden usar medicamentos con estrógenos, según acota el especialista.
En cuanto al costo, que generalmente no es cubierto por los seguros, es de un promedio de $800 a nivel nacional.
“Es más económico que un tratamiento anual de estrógenos, y mucho más barato que un divorcio”, finaliza el Dr. Blatt.