Orden y seguridad en las plazas públicas
El Concejo de Nueva York hizo bien en tomar cartas en el asunto
El Concejo finalmente tomó las riendas de un problema que en los últimos tiempos ha dado mucho que hablar: el desorden en las plazas públicas de la ciudad, especialmente la tan famosa Times Square, un lugar muy concurrido por propios y foráneos.
El aumento desordenado de un sector laboral informal en las plazas públicas ha causado mucho roce entre transeúntes y trabajadores que se disfrazan de personajes, dañando la imagen de áreas destinadas no sólo a la recreación sino que son marco de referencia internacional para el turismo de la Gran Manzana.
Para evitar que esta situación se salga de control esta semana se aprobó una ley que delineará una especie de mapa de las áreas donde podrán operar los “Elmo”, “Spiderman”, “Batman”, “Minnie”, “Cowboy”, entre otros.
El espíritu de la iniciativa, según lo ha dejado claro el concejal Ydanis Rodríguez, es velar por el orden, la seguridad, así como reducir el congestionamiento.
Sin embargo, la mayoría de los trabajadores -muchos de ellos inmigrantes- que se dedican a esta actividad del entretenimiento a cambio de propinas, lógicamente ven la medida como un enemigo que ha llegado para acorralarlos y mermarles su fuente de ingresos.
Es comprensible que haya resistencia a los cambios. Pero no queda duda que hasta la seguridad de los propios trabajadores estaba en juego y había que tomar correctivos.
No se pueden ignorar reportes como el de la Times Square Alliance que indica que el 61% de los empleados que se mueven en la zona asegura haber tenido un incidente con un muñeco o un vendedor. Todo esto producto de la aglomeración.
Sólo el tiempo determinará que tan efectiva resulta la nueva ley. Pero mientras se implementa es necesario que la Ciudad dé toda la ayuda y orientación a quienes se dedican a dar ese toque pintoresco a las plazas públicas.
Son trabajadores que están allí ganándose la vida de forma honrada. Detrás de esos disfraces hay muchas historias de inmigrantes cargadas de sacrificio pero también de sueños para salir adelante. No merecen quedarse a la deriva.•