Si él duerme, todos duermen

La importancia de establecer una rutina de sueño desde el primer día del nacimiento del bebé

Establecerle al bebé una rutina de sueño y alimentación desde que nace es básico para que su cuerpo aprenda a distinguir pronto las horas del día y la noche.

Establecerle al bebé una rutina de sueño y alimentación desde que nace es básico para que su cuerpo aprenda a distinguir pronto las horas del día y la noche. Crédito: Shutterstock

Unas grandes ojeras y un molesto estado de somnolencia es la historia de cada día de los padres con un bebé recién nacido, particularmente si son primerizos.

Durante el primer trimestre de vida de un pequeño, sus papás no duermen muy bien porque esta es una de las etapas naturales más críticas del desarrollo emocional y físico del pequeño: el ajuste de su sistema digestivo y su rutina de alimentación y sueño.

“El sueño en los niños tienen una función muy diferente que en los adultos”, dice la pediatra Gilma Marimon, basada en Miami, Florida. “Los menores necesitan en cada etapa de su  desarrollo cierta cantidad de horas de sueño, que hay que respetar y estar pendiente de que se cumplan por el bienestar del mismo niño y de sus padres”.

Horas de sueño

Las horas de sueño de un bebé se van ajustando a la medida que sus sistemas funcionales biológicos van diferenciando las horas del día y de la noche, según explica la galena. “Es por eso que duermen por periodos fraccionados, que comprenden varias horas a la vez”.

Los estudios en relación del sueño de los infantes han establecido que, por lo regular, el bebé recién nacido duerme de 16 a 18 horas al día hasta su primer mes de vida; 15 horas a los tres meses; 14 y ¼ de hora a los seis meses; 14 horas a los 9 meses; 13 y ¾ de hora a los 12 meses; 13 y ½ hora a los 18 meses; 13 a los 2 años y 12 a los 3 años.

La importancia de la rutina

“Los ciclos de sueño de horas corridas varían de bebé a bebé e, inicialmente, están muy ligados a su hora de comida. Algunos se despiertan cada dos o tres horas, porque no pueden todavía diferenciar el día de la  noche”, explica la Dra. Marimon.

Pero la buena noticia es que a medida que  su sistema de funcionamiento biológico va creciendo y madurando, el tiempo que duerme en el día se va reduciendo y las horas de sueño en la noche se van alargando. De hecho, algunos bebés son físicamente capaces de dormir toda la noche al cumplir los seis meses de edad.

Esto se logra —dice la galena—, estableciéndoles desde que nacen una rutina de sueño y alimentación. “Esta rutina le enseñará al bebé la diferencia entre el día y la noche y lo ayudará a desarrollar mucho más rápido su proceso de ajuste fisiológico”.

A los bebés hay que establecerles desde que nacen una rutina de sueño, que les ayudará en el futuro a ajustarse a las horas de sueño que necesita para rendir en la escuela.
A los bebés hay que establecerles desde que nacen una rutina de sueño, que les ayudará en el futuro a ajustarse a las horas de sueño que necesita para rendir en la escuela. /Shutterstock

Mitos y realidades

Como los bebés no nacen con un manual de instrucciones que indiquen cuál es la mejor técnica para habituar su rutina de sueño, son muchos los mitos y realidades que se tienen al respecto.

Uno de esos mitos es dejarlos llorar. Al respecto, la Dra. Miramon dice que esto es falso y cierto a la vez.

“Falso, durante el primer trimestre de vida del bebé”, aclara. “A un bebé recién nacido o de tres meses no hay que dejarlo llorar y llorar hasta que el mismo se calme y quede dormido”.

A esta edad hay que atenderlo y ver si está mojado, tiene hambre o algo le está incomodando. En pocas palabras, hay que atender sus necesidades físicas y emocionales. “Un bebé de muy corta edad que se deja llorar por largas horas para que se quede dormido puede llegar a sentirse abandonado y eso no es bueno para su sano desarrollo emocional”, denota la  pediatra.

Para que concilie el sueño, el bebé se puede dejar llorar por unos cuantos minutos a partir de los cuatro meses, dice la galena. Con esto “el mismo aprenderá a quedarse dormido el solo sin la necesidad de ser arrullado o estar cargado en brazos”.

Para un buen desarrollo físico y mental los bebés necesitan del contacto físico, pero se recomienda tratar de que no se acostumbrarlo a que se quede dormido solo en brazos.
Para un buen desarrollo físico y mental los bebés necesitan del contacto físico, pero se aconseja tratar de no acostumbrarlo a que se quede dormido solo en brazos./Shutterstock

Otro buen método para enseñar al bebé a dormir es el de bañarlo antes de ir a la cama con agua tibia y un jabón suave con olor a lavanda, que científicamente se ha comprobado ayuda a relajar al pequeño y llamar el sueño.

El baño antes de ir a la cama les ayuda a llamar el sueño.
El baño antes de ir a la cama les ayuda a llamar el sueño. /Shutterstock

“También funcionan las canciones de cuna”, asegura la galena. “Precisamente, este año, los productos Johnson realizan una campaña que enseña a los padres este método que comprende las canciones de cuna Tonight We Sleep (Esta noche dorminos), basadas en la ciencia del sonido y en las perspectivas culturales de mamás alrededor del mundo”.

“Las canciones de cuna [Tonight We Sleep] incluyen sonidos únicos que se utilizan alrededor del mundo para ayudar a que el bebé se duerma, tales como el océano, animales del bosque y hasta los latidos del corazón de mamá”, detalla la también vocera de esta campaña. Las canciones se pueden escuchar y descargar en la aplicación Johnson’s Bedtime Baby Sleep App, que cuenta ya con 250,000 usuarios en Estados Unidos y se estará lanzando en 17 países más.

Por otra parte, la rutina para la hora de dormir de JOHNSON’S (baño, masaje y tiempo de relajación, que incluye lectura o canto) ha sido probada con más de 400 mamás y sus bebés y niños pequeños. Después de sólo siete días, los bebés se durmieron 37% más rápido, despertaron con 38% menos frecuencia y pasaron 32% menos tiempo despiertos.

Cambio en la rutina

Entre los 12 y 24 meses es común que los bebés tiendan a cambiar su rutina de sueño a raíz de que ellos están fascinados experimentando y descubriendo el mundo que los rodea por sí solos, al saber caminar.

Los padres, en muchos casos, son los culpables del desarreglo de la rutina del sueño de sus hijos toddler.
Los padres, en muchos casos, son los culpables del desarreglo de la rutina del sueño de sus hijos toddler. /Shutterstock

“A esta edad, ellos están más estimulados y, a pesar de estar cansados y muerto de sueño, no quieren dormir. Luchan contra el sueño. Son las 11 de la noche y ellos siguen activos”, denota la galena. “Y en muchos casos son los mismos padres los culpables del desarreglo en la rutina de sueño del menor, quienes al querer disfrutar de las reuniones con amigos o familiares, se pasan de alto la hora establecida para que el bebé esté ya en su cama llamando el sueño”.

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