¡Déjate la cara en paz!
Dermatóloga explica cuáles protuberancias que salen en tu rostro o cuerpo nunca debes reventar
No hay combinación más peligrosa para la piel que el espejo y las uñas.
Y es que nadie puede negar que al observar un punto negro, blanco o rojo en el rostro o cualquier otra parte del cuerpo, es difícil controlar la tentación de apretarlo para tratar de eliminarlo de una vez.
¡Craso error! Los dermatólogos dicen que hay que dejar toda mancha, punto negro o protuberancia (con o sin cabeza) quieta, para evitar agravar el problema.
“Sea lo que sea, no es saludable apretar la piel, porque con esta acción el tejido de ésta se separa o abre, quedando así mucho más susceptible a inflamación, infecciones, cicatrices, vasos sanguíneos rotos o un problema mucho más grande del que se tenía”, dice la Dra. Paola Rodríguez, especializada en dermatología y vinculada a Kaiser Permanente South Bay Medical Center, en Harbor City, California.
Y es así que, para evitar estos problemas que afean la piel, la especialista describe cinco protuberancias comunes que nunca se deben reventar. ¡Toma nota!
1- Puntos negros
Estos se producen cuando los poros de la piel se obstruyen como resultado de una acumulación de grasa y células muertas. Cuando esta acumulación se expone al aire, se oxida, creando el punto negro. “No es recomendado ‘aplastar’ los puntos negros porque puede hacer daño a la piel en forma de enrojecimiento o mancha oscura”, señala la galena.
2- Vellos enterrados
Los vellos enterrados (o encarnados) se generan cuando la punta de un pelo se queda atrapada bajo la superficie de la piel. Por lo general, se forma un bulto, que aunque causa comezón, no se debe apretar. De hacerlo, explica la dermatóloga, se rompe la piel y esto puede resultar en inflamación o una infección con posibles complicaciones.
3- Fuegos o herpes labial
Los fuegos son causados por el virus del herpes simple. De tener un fuego, nunca se debe rascar o exprimir, ya que son extremadamente contagiosos. De hacerlo, alerta la Dra. López, es muy probable que el virus se extienda a otras áreas.
4- El acné quístico
El acné quístico, o acné noduloquístico, es la forma más severa de acné. A diferencia del acné común que ocurre en la superficie de la piel, éste se presenta con más profundidad, causando quistes duros y rojos. Las personas que padecen de acné quístico necesitan tratamiento médico y nunca deben tocárselo.
Esto lo aprendió de forma muy dolorosa Rosa García, quien tras apretarse un barro quístico —conocido más comúnmente como bobo, ciego o sin cabeza— que en su edad adolescente le había salido en la parte baja del entrecejo fue a parar al hospital.
Fueron dos semanas las que estuvo interna esta colombiana, hoy en sus 30’s, en estado de gravedad, porque con el apretón el grano en vez de reventar hacia afuera lo hizo hacia adentro y la bacteria del pus que se gestaba en éste alcanzó los vasos sanguíneos de su cerebro.
Sí, así como lo lees. La bacteria le llegó al cerebro porque los vasos sanguíneos del llamado “Triángulo del peligro” de tu rostro (la piel alrededor de tu labio superior y nariz) están comunicados directamente con los de tu cerebro y cuando el pus de un grano infectado en esta zona se mete a tu piel, en lugar de salir a la superficie, podría provocar un problema mucho más serio que el simple acné.
5- Milia
Las milias son bolitas pequeñas de grasa que, por lo general, aparecen debajo de los ojos.
A diferencia de las espinillas que tienen un punto de salida, estos puntos están adheridos a la piel y el tratar de exprimirlos tiene poco o ningún efecto. Lo único que se logra es un gran moretón, romper la piel y los vasos sanguíneos de esta zona.