Cuando “Ana” descubrió que su marido le estaba siendo infiel por internet con una exnovia de adolescencia que dejó en su natal Perú,  calló pero no pudo evitar que su corazón se llenara de recelo.

“Me dolió, no lo puedo negar, porque aunque había mucha tierra de por medio, sentí como una puñalada en el corazón cada palabra que él le escribía en sus conversaciones por chat, que por accidente las leí un día que salió de casa apurado y dejó abierta su computadora personal”, comparte  esta comunicadora de profesión, de origen peruano, radicada hoy en Miami, Florida.

A partir de ese día, la desconfianza en los sentimientos reales que su compañero de casi 10 años de unión matrimonial (con quien había  procreado un hijo) tenía hacia ella le martilló la cabeza hasta llegar a encararlo en un día cualquiera con esta pregunta: “usted está realmente conmigo porque me ama o solamente por los beneficios económicos que le trae el no vivir solo en este país”.

“Él solo me miró, bajó la cabeza y calló”, recuerda Ana. “Y su silencio me lo dijo todo, así que con el corazón partido y la cabeza fría le dije, ‘se acabó’. Duramos  bajo el mismo techo durante el proceso del divorcio y estando en éste me vine a enterar que él nunca había dejado a su novia de adolescencia, que cada vez que viajaba al Perú se veían y tenía relaciones con ella… o sea, que eran una pareja a la distancia”.

El caso de Ana ilustra el panorama de la infidelidad, ya sexual, emocional o fantasiosa, que corroe de diversa manera a las parejas. Sus efectos van desde ira, resentimientos, reclamos, insatisfacción y disputas hasta la ruptura definitiva de la unión matrimonial o de cohabitación.

Y es que no hay nada más doloroso, tanto para el hombre como para la mujer, que descubrir que la persona que se elige como compañera o compañero de vida le ha puesto a uno los cuernos.

La infidelidad vista según el género

Un nuevo estudio publicado recientemente en diario oficial del College of Sexual and Relationship Therapists de Londres, que fue conducido por un grupo de investigadores basados en Estados Unidos, puso al descubierto las diferentes maneras como los hombres y las mujeres perciben la infidelidad clasificada en tres categorías: infidelidad sexual (que implica relaciones sexuales y besos íntimos), infidelidad emocional (enamorarse sin actuar sobre los sentimientos o tener una amistad íntima emocional que puede quitarle dinámica y fuerza a la relación)  e infidelidad fantasiosa (fantasear mentalmente con otra persona o viendo material pornográfico).

De acuerdo con los resultados de la investigación, basada en una encuesta  efectuada entre unos 400 estudiantes de psicología, la infidelidad sexual provoca mayor angustia en los hombres que en las mujeres, mientras que la infidelidad emocional genera una mayor alteración en las  mujeres que en los hombres.

Estos resultados estuvieron muy alineados con una hipótesis de la evolución, que expone que los hombres temen a la infidelidad sexual de la mujer debido a que ésta puede resultar en el nacimiento de hijos que, sin saberlo, no son de ellos, mientras que las mujeres temen a la infidelidad emocional del  hombre al considerar que éste podría proporcionarle a la otra mujer lo que no les provee a ellas.

Los investigadores encontraron también una explicación a esta hipótesis: las mujeres temen que infidelidad emocional del hombre termine en la infidelidad sexual, y los hombres temen que la infidelidad sexual de una mujer llegue  a la infidelidad emocional.

Aunque el nuevo estudio encontró que las reacciones ante la infidelidad están más que todo ligadas a la percepción personal que cada quien tiene ante los actos que catalogan a la infidelidad, investigaciones previas han determinado que en los casos de la infidelidad sexual son más propensos a provocar ira, mientras que los de la infidelidad emocional generan sentimientos de dolor.

Causas de la infidelidad

La mayoría de los estudios realizados en torno a la infidelidad han identificado como prioritarias estas causas:

• Expectativas no cumplidas

• Problemas de comunicación y factores sociales

• Diferencias marcadas en los rasgos de personalidad

• Condiciones ético sociales

• Pérdida de confianza

• Conflictos y desajustes