La familia del pequeño Yonatan fue investigada 6 veces antes de morir
Yonatan murió “debido a la negligencia y mostró signos de desnutrición severa”; su madre se encuentra detenida
Un niño de 11 años de edad de Echo Park que fue encontrado muerto en el armario de la casa su madre la semana pasada había sido objeto de al menos cuatro reportes a las autoridades de bienestar infantil, dijo el lunes el Departamento de Niños y Servicios de Familias (DCFS) del condado de Los Ángeles.
La agencia había investigado por última vez a la familia de Yonatan Aguilar en 2012 y no encontró ninguna causa para hacer una intervención, dijo Philip Browning, director del DCFS en un comunicado. La familia se había referido al DCFS al menos otras dos veces desde el 2002, en incidentes no relacionados con el niño.
Mientras Browning indicó que la investigación de la agencia en el caso está en curso, “nuestra revisión preliminar de estas investigaciones revela que se utilizaron algunas buenas prácticas de trabajo social”, aseveró.
Browning dijo que los trabajadores sociales consultaron con “profesionales externos conectados a la familia”, mientras que investigaban el abuso o abandono en el hogar, incluyendo médicos, un trabajador social del hospital, un consejero de la escuela, maestros, un terapeuta, un entrenador de la escuela, y un maestro de educación especial, “todos los cuales indicaron que Yonatan estaba recibiendo la atención adecuada”.
El niño fue encontrado muerto, envuelto en una manta en un armario en la casa de su madre el 22 de agosto. Su padrastro, quien encontró el cuerpo del niño, llamó a la policía.
De acuerdo con la Oficina del Fiscal del Condado de Los Ángeles, Yonatan murió “debido a la negligencia y mostró signos de desnutrición severa”. El fiscal del distrito acusó a la madre del niño, Verónica Aguilar, de asesinato y abuso infantil.
Aguilar debe presentarse a corte para entrar en una declaración a los cargos que serán 8 de septiembre. Ella se encuentra recluida en el centro de detención Century Regional del Condado de Los Ángeles bajo una fianza de 2 millones de dólares.
DCSF estuvo bajo estricto escrutinio hace tres años después de la muerte de Gabriel Fernández de 8 años de edad en mayo de 2013. La agencia había advertido que el niño estaba siendo abusado varias veces, pero no intervino para salvarlo. Los trabajadores sociales encargados de su caso han sido acusados de abuso infantil y falsificación de documentos y todos se han declarado no culpable de los cargos.