Pedro Pascal: “Estaba tan desesperado que me cambié el nombre”
El actor, que estrena la segunda temporada de Narcos, nos cuenta en entrevista cómo su origen latino dificultó los primeros años de su carrera
Pedro Pascal, nació en Chile en 1975, pero su familia tuvo que salir del país cuando él tenía sólo 9 meses. Tras un año en Dinamarca como asilados políticos, recalaron en San Antonio, Texas. A los 11 años los Pascal se mudaron de nuevo a Orange County, California, donde Pedro vivió hasta que en 1993 empezó sus estudios en NYU (New York University). Desde entonces su base ha estado en la Gran Manzana.
“Soy un chilenotexano-californioneoyorquino”, dice entre risas. “Y en los dos últimos años vivo en todos sitios”.
Esos dos últimos años son los de su éxito como actor después de dos décadas de carrera. Hizo sus primeros castings a los 20 años y durante mucho tiempo fue “actor en aprietos de día y mesero de noche”. La actuación comenzó a ser más constante pasados los 30 con papeles de secundario en series de televisión como Law & Order, The Good Wife y Graceland, pero la fama le llegaría con el papel de Oberyn Martell en Game of Thrones, la popular serie de HBO.
“Cambió todo en mi carrera”, explica. “Antes podía mantenerme como actor, pero no tenía el nivel de exposición que Game of Thrones o Netflix pueden darte. Es algo que llegó un poco tarde en mi carrera, porque estaba a punto de cumplir 40 años”.
Ahora, a los 41, estrena la segunda temporada de Narcos, en donde interpreta al agente de la DEA Javier Peña, empeñado en acabar con el narcotraficante Pablo Escobar.
“La primera temporada cubría muy rápido 15 años. Era como una lección de historia de una época en Colombia con impacto global, lo que fascinó a la audiencia estadounidense”, apunta Pascal. “La segunda temporada arranca justo donde termina la primera y nos mantenemos fieles a los hechos históricos, así que es inevitable que termine con la muerte de Pablo el 2 de diciembre de 1993 en Medellín”.
Los 10 nuevos episodios cubren esos últimos meses de Escobar. “Eso nos da la oportunidad de profundizar en los personajes de la temporada 1 y ver de qué son capaces ahora que están tan cerca de su objetivo”.
La fama de la televisión
Gracias a Game of Thrones y a Narcos Pascal está siendo testigo directo de la revolución que está viviendo la televisión.
“Empecé en teatro y eso siempre será parte de mi identidad. Y ahora estoy empezando a tener algunas oportunidades en el cine”, aclara. “Pero estar en un medio como la televisión, donde se están generando algunas de las mejores historias y formar parte de shows de Netflix y HBO es realmente un honor enorme”.
Pascal es ahora una cara conocida, tanto en Estados Unidos como en América Latina, algo que le tomó por sorpresa.
“Estaba en China haciendo una película cuando salió Narcos. Y de allí tuve que ir a Colombia a grabar la segunda temporada de Narcos”, relata. “Cuando volví a Estados Unidos me reconoció la seguridad del aeropuerto. El oficial de inmigración, al mirar mi pasaporte y mi greencard, dijo: ‘Un momento, tú eres el tipo de Narcos. Tú eres el agente Peña’. Ahí me di cuenta de la popularidad de la serie”.
Un nombre demasiado hispano
Al igual que otros actores criados en Estados Unidos de nombre y apellido latinos, Pascal ha tenido problemas para encontrar papeles diferentes al de “hispano”, lo que durante mucho tiempo le dificultaba encontrar trabajo.
“No hay un nombre más hispano que Pedro”, comenta. “Muchas veces me era muy difícil quedarme con un rol de un norteamericano llamándome Pedro. Incluso también lograr el papel de un latino como lo entienden acá, con una visión estadounidense. Yo tampoco parecía encajar en cómo aquí creen que debe lucir un ‘Pedro’”.
Pascal llegó a estar desesperado por no lograr papeles que decidió cambiar su nombre, aunque no le duró mucho.
“Me cambié el nombre a Alex. Yo soy José Pedro y mi papá es José Pedro. Si no me hubieran puesto el nombre de mi papá, iba a ser Alejandro”, cuenta. “Pero era demasiado tarde en mi vida, ya me conocían como Pedro. ¡Menos mal!, porque no me acostumbraba a que la gente me llamara Alex. Así que volví a Pedro. Para bien o para mal, soy Pedro”.
El actor chileno asume que la elección final en un casting está fuera de su control, pero no por ello va a esconder su origen.
“Lo único que puedo hacer es ser yo. Me ha costado mucho, tuve que ser muy tenaz para lograr diferentes roles de latino y de no latino”, asegura. “Los latinos tenemos ancestros europeos, asiáticos, africanos, indígenas… La cultura latina es una combinación de todos esos elementos, pero eso en el mundo del entrenamiento aún no se entiende”.