Juanga, “El Inmortal”, a los pies de Bellas Artes

Fans esperan darle el último adiós al "Divo de Juárez"

Ciudad de México.- El reproductor de música estalló con la voz de Juan Gabriel, el Divo de Juárez, y todos aquellos que esperaron por días frente al Palacio de Bellas Artes el momento de decir adiós al cantautor se levantaron desde el piso para dejarse guiar, cantar a coro, entre lágrimas, banderas de México, fotografías del cantautor.

Javier Lavat es un empresario que dejó su negocio para vestirse como uno de las decenas de imitadores de Juan Gabriel que adelante serán los responsables, dicen, de que Juan Gabriel “no muera”.

“Adiós, amor, adiós mi amor te vas/ adiós amor que seas feliz de más/ si un día volver a mi/regresa a casa cuando quieras regresar…”.

Miles de fans esperan las cenizas de Juan Gabriel en Bellas Artes

“Su muerte nos recuerda que el pueblo de México es muy sensible y siempre va a estar con nosotros porque es importal”, dijo Lavat, de 43 años, vestido de blanco con lentejuelas, como El Divo en sus mejores momentos.

El círculo que lo rodeó aplaudió mientras hacía fila con la esperanza de ingresar a Bellas artes, como alrededor de medio millón de personas detrás de Lavat, como Alfredo Sánchez, de 48 años, oriundo de Ecatepec, que movía a otro grupo aunque con ritmos más alegres.

“Yo he vivido desde los 20 años de imitar a Juan Gabriel, esa es mi profesión, vivo por él y ahora él va a vivir por mí o por todos los que con todo el respeto tratamos de imitarlo”.

Al fondo otra vocina  sonaba.

“A mí me gusta mucho estar en la frontera/ Porque la gente es más sencilla y más sincera/ Me gusta cómo se divierten y como llevan/ La vida alegre, positiva y sin problemas/ Aquí es todo diferente, todo, todo es diferente/ en la frontera…

“.

Sánchez se subió a un banco, dio dos vueltas a la bufanda rosa que llevaba al cuello y entre los aplausos se transformó en Juan Gabriel, contoneando la cadera con femeninos movimientos: su especialidad es imitar al divo de los años 80, cuando era más ágil.

La gente siguió rodeando el palacio en filas largas mientras la policía buscaba mantener el orden y despejaba a los imitadores de los costados del Palacio de Bellas Artes.

Más callados, menos estridentes, la mayoría de ellos se acomodó en las líneas, pero dos alcanzaron a pasar las vallas con todo y sus trajes de lentejuela y el maquillaje en la cara, a la vista. “Yo tengo mi historia para estar aquí”, se justifica Rey Rojas moviendo las pestañas entre flores de lentejuelas.

“Chiquitibum a la bimbomba, Chiquitibum a la bimbomá, Juan Gabriel, Juan Gabriel”, tronó una porra a lo lejos.

Rojas dijo que tiene un lugar especial en el homenaje de despedida a las cenizas de “Juanga” porque en un concierto en Guadalajara hace unos años año el Divo se fijó en él entre el público, lo hizo a subir al escenario y le dio un beso en la mejilla. “Fue el evento de mi vida”, aseguró.

Ese gesto del autor de Querida le dio a Rojas un espacio cerca de cantantes dentro del homenaje de despedida como Pepe Aguilar, Ana Gabriel o Daniela Romo. Césa David “El Divo de Iztapalapa” también estuvo ahí.

De 29 años, dedicado de tiempo completo a imitar a Juan Gabriel “El Divo de Iztapalapa” es probablemente uno de los más activos hasta el momento con tres o cuatro presentaciones en ferias y eventos de pequeños pueblos por todo el país.

“Lo amé desde niño, desde que mi mamá me ponía a escuchar No tengo Dinero y desde los nueve años sé hacer cada movimiento de Juan Gabriel, he dado miles de conciertos y los que siguen porque en adelante no va morir, siempre va a estar aquí conmigo”.

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