Bobby Chacón fue un ídolo del boxeo, pero también un guerrero atormentado
Sus grandes batallas fueron parte de una época dorada del boxeo, pero tuvo que vivir con el corazón roto
Bobby Chacón nunca le platicó a su buen amigo Carlos Palomino los detalles de aquel horroroso episodio de 1982 cuando su esposa cometió suicidio al pegarse un tiro, provocado entre otras razones porque el peleador originario del Valle de San Fernando no le cumplió su promesa de retirarse del boxeo.
Pero Palomino, a su vez una leyenda del ring, sabía lo mucho que el suicidio de Valorie Chacón le afectó al ídolo de Pacoima, lo mismo que el asesinato de uno de sus hijos que estaba metido en pandillas, unos años más adelante.
“No hablaba mucho de ella, pero cuando salía el tema se miraba que le dolía, porque no supo a retirarse a tiempo, no cumplió con su palabra. Y lo mismo cuando hablaba de lo de su hijo”, dijo Palomino. “Tenía el corazón roto”.
Bobby Chacón ya descansa en paz. La estrella del boxeo de la década de los 70 y principios de los 80 falleció la mañana del miércoles tras sufrir una caída en un asilo de Hemet, condado de Riverside, California. Tenía 64 años.
La vida de Chacón fue tormentosa afuera del ring. No solo tuvo que acomodar en su mente las tragedias familiares, sino que fue víctima de los excesos, durante su carrera y especialmente después de su retiro en 1988.
Su adicción a las drogas y al alcohol le hicieron caer muy bajo, incluso pasó un tiempo en las calles del centro de Los Ángeles como indigente, y eso, combinado con la demencia que desarrolló desde muy joven dio por resultado un cuadro de vida muy triste para un tipo que fue tan brillante como peleador.
“Bobby fue alguien al que seguí como un joven peleador creciendo en el Este de Los Ángeles”, dijo Óscar de la Hoya en un comunicado. “Bobby tenía talento natural, buena pinta, personalidad y poder para ser un peleador memorable en el ring”.
El ‘Colegial’ peleó contra los grandes
Estudiante de San Fernando High y Cal State Northridge, “El Colegial” Bobby Chacón se caracterizó en el ring por su valentía, por sus peleas sangrientas y encarnizadas contra los mejores de su generación, incluyendo Rubén “Púas” Olivares, Chucho Castillo, Rafael “Bazooka” Limón, Alexis Argüello y Cornelius Boza-Edwards.
Chacón obtuvo el campeonato mundial de peso pluma del CMB al noquear al venezolano Alfredo Marcano en septiembre de 1974 en el Olympic Auditorium de Los Ángeles, uno de los escenarios a los que hizo vibrar, como el Forum de Inglewood y el Sports Arena. Fueron grandes tiempos del boxeo en Los Ángeles con Armando “Mando” Ramos y Chacón como estelares.
Olivares le quitó la corona a Chacón en 1975, pero dos años después el angelino se desquitó del “Púas” en el Forum. Argüello en 1979 y Boza-Edwards en 1981 le impidieron coronarse en peso superpluma, pero Chacón no dejaba de emocionar a los aficionados con sus demostraciones y de acumular triunfos.
Así, en diciembre de 1982 se alzó con el cetro superpluma en su cuarta batalla con “Bazooka” Limón, al que venció por decisión en la que tal vez sea la pelea más memorable de su carrera, y la mejor de ese año. Su carrera terminó con récord de 59-7-1 y 47 KOs.
Recibió mucho castigo
Si la carrera de Chacón tuviera que resumirse en pocas palabras, esas deberían decir que él fue un valiente que lo dio todo en el cuadrilátero.
Pero Palomino subrayó que en un principio Chacón era más boxeador que fajador.
“Cuando era joven tenía tremendo movimiento de cintura y de cabeza. Pero cuando pasaron los años y subió de peso, ya se metía a pelear y recibía muchos golpes de rivales más grandes que él, y yo creo que esa es la razón por la que quedó afectado”.
Ramiro González, director de relaciones públicas de Golden Boy Promotions, tiene grandes recuerdos de Chacón.
“Una vez le pidió un autógrafo a Óscar de la Hoya cuando ganó el oro olímpico, y eso habla de su sencillez”, dijo González, quien sin embargo cree que la vida desordenada de Chacón es lo que le llevó a sus sufridos años finales. “Abusó de su vida”.
A pesar del corazón roto, de sus “fantasmas”, de su enfermedad cerebral, Bobby Chacón logró mantener su alegría y carisma.
“Estoy triste, muy triste”, dijo Danny “Coloradito” López, otra leyenda del boxeo al que Chacón enfrentó y noqueó en un combate muy esperado de mayo de 1974 en la Sports Arena.
López dijo que ese pleito con quien era su amigo es lo primero que le vino a la mente tras conocer la noticia del fallecimiento. También recordó una ocasión en la que ambos viajaron a Nueva Orleáns a un evento de boxeo amateur, pero no había más que una habitación disponible.
“Tuvimos que compartir la misma cama y el estaba bromeando y tuve que decirle, “¡Aléjate de mí! Siempre estaba bromeando, así era Bobby”.
Palomino dijo que no lo encontró bien a Chacón en su último encuentro, haces dos meses en una cena de leyendas en Los Ángeles, cuando entre varias personas tuvieron que ayudar a ponerlo de pie para tomar unas fotos.
Chacón dejó huella como uno de los grandes del ring, y también como persona con quienes pudieron conocerlo.
“Siempre tenía una sonrisa”, apuntó Palomino. “Luego te tiraba un gancho, te abrazaba y te daba un beso”.