Para movilizar a su base, Trump insiste en que habrá fraude electoral
En vísperas del último debate presidencial en Las Vegas (Nevada), Trump se mantiene rezagado en las encuestas
WASHINGTON.-, En un intento por rescatar a su campaña del abismo, el aspirante presidencial republicano, Donald Trump, advirtió este lunes nuevamente de un posible fraude electoral pero sin ofrecer pruebas, apostando por la táctica del miedo para mejorar su apoyo entre los votantes.
En vísperas del último debate presidencial en Las Vegas (Nevada), Trump se mantiene rezagado en las encuestas y en franca guerra con la “prensa deshonesta” y con líderes de su partido que, preocupados por su propia reelección, no repiten ni respaldan sus argumentos.
“Por supuesto que hay fraude electoral a gran escala, antes y durante el día de las elecciones. ¿Por qué los líderes republicanos niegan lo que está pasando? Tan ingenuos!”, se quejó Trump en Twitter.
Of course there is large scale voter fraud happening on and before election day. Why do Republican leaders deny what is going on? So naive!
— Donald J. Trump (@realDonaldTrump) October 17, 2016
Voter fraud! Crooked Hillary Clinton even got the questions to a debate, and nobody says a word. Can you imagine if I got the questions?
— Donald J. Trump (@realDonaldTrump) October 17, 2016
Ashlee Strong, portavoz del presidente de la Cámara de Representantes, Paul Ryan, dijo hoy que el congresista confía “plenamente” en la integridad del proceso electoral en los estados.
La retórica incendiaria, las exageraciones, los pronósticos de “catástrofe” si gana la demócrata Hillary Clinton, y la táctica del miedo en general, han conformado el recetario que, contra todo pronóstico, le ha funcionado a Trump desde que lanzó su candidatura presidencial en junio de 2015.
We have all got to come together and win this election. We can't have four more years of Obama (or worse!).
— Donald J. Trump (@realDonaldTrump) October 17, 2016
Sólo que, a tres semanas de la cita en las urnas, Trump ha registrado una caída en las encuestas nacionales y en estados clave de la contienda, lo que ha beneficiado a Clinton.
Sus posturas no sólo han profundizado las divisiones internas del Partido Republicano sino que han dejado de manifiesto discordias con su propio compañero de fórmula, Mike Pence, en torno a asuntos como la debida respuesta a la crisis en Siria, las relaciones con Rusia y, más recientemente, las declaraciones vulgares del magnate empresarial respecto a las mujeres, un bloque electoral clave en la contienda.
Pence dijo ayer domingo que Trump aceptará los resultados en los comicios del próximo 8 de noviembre, pero Trump ha querido sembrar la duda sobre la transparencia del proceso electoral.
Sin embargo, la mayoría de estudios han dado fe de la limpieza de las elecciones en EEUU, mientras grupos cívicos más bien advierten de que algunas leyes estatales podrían suprimir el voto de las minorías, que en general se decantan por los demócratas.
“El fraude electoral es muy raro, la suplantación de un votante casi no existe, y muchos de los problemas con el presunto fraude en realidad tienen que ver con errores no intencionales de los propios votantes o de los administradores”, explicó Jessica Lavariega-Monforti, analista y directora de la Facultad de Ciencias Políticas de Pace University en Nueva York.
“La verdadera amenaza a la integridad de nuestras elecciones es el continuo discurso sobre el fraude electoral, que ha producido leyes que cuestionan tanto el derecho de los votantes como los resultados, sean victorias o pérdidas”, advirtió.
Les importa muy poco
En el mundo de Trump, aparentemente no hay nada que pueda hacer o decir para perder el apoyo de su base.
A la usanza de otros demagogos en la Historia, Trump ha recurrido a un mensaje marcadamente nacionalista y populista que no sólo le ayudó a eliminar a 16 rivales republicanos sino que sigue calando entre sus seguidores.
Al parecer, el destape de un video de 2005, el pasado 7 de octubre, en el que Trump se jacta de acosar sexualmente a las mujeres, no ha tenido gran impacto entre los votantes.
Según una encuesta divulgada hoy por el diario Washington Post y la cadena televisiva ABC News, cerca de siete de cada 10 votantes creen que Trump probablemente sí ha acosado sexualmente a las mujeres, y la mayoría no cree en la sinceridad de su disculpa.
Pero el escándalo no ha afectado la intención de voto: el 64% de los votantes en general dijo que el video no influiría en su voto, y el 35% dijo que reduciría la posibilidad de votar por Trump. Entre los republicanos, los porcentajes fueron del 84% y el 13%, y entre los independientes fueron del 60% y 38%, respectivamente.
A nivel nacional, un promedio de encuestas de “Real Clear Politics” muestra que Clinton ahora aventaja a Trump, 47,7% contra 42,5%.
Clinton starts out the week ahead of Trump by 5.5% in the RCP Polling Average https://t.co/YlE5vo2xni pic.twitter.com/FqlfkNJXDE
— RealClearPolitics (@RCPolitics) October 17, 2016
En declaraciones a este diario, Alfonso Aguilar, presidente del grupo conservador “Latino Partnership for Conservative Principles”, consideró que, tomando en cuenta la racha de malas noticias para Trump, la ventaja de Clinton debería ser mayor.
“Esto demuestra que aunque hay gran disgusto con Trump, los votantes tampoco tienen mucha simpatía por Clinton. Creo que las filtraciones de WikiLeaks de sus discursos y de correos electrónicos -suyos y de sus principales asesores- con declaraciones ofensivas sobre diversos grupos, incluyendo los católicos y los hispanos, y que evidencian posibles esquemas de corrupción y compra de influencias, le están haciendo daño a su imagen”, observó Aguilar.
Su consejo es que los latinos salgan a votar en cifras récord pero dejen en blanco la casilla de candidatos presidenciales porque, a su juicio, “ni uno ni el otro se merece nuestro voto”.
Matthew Goodwin, autor y analista político británico, dijo hoy en una columna de opinión que los estadounidenses harían bien en aprender de las lecciones del voto de “Brexit” el verano pasado, y del inesperado triunfo de populistas de derecha en Austria y Francia.
Hace menos de cuatro meses, el voto a favor de la salida del Reino Unido de la Unión Europea, conocido como “Brexit”, causó un terremoto político porque la mayoría de las encuestas y los expertos vaticinaron un resultado opuesto.
En el voto de “Brexit”, tanto la clase política como la prensa subestimaron a los partidarios de “populistas insurgentes” y el desencanto de los votantes marginados por la economía y reacios a los cambios demográficos y, según Goodwin, lo mismo podría ocurrir en EEUU.
“Está claro que la estrategia de la campaña de Trump es atizar las pasiones de los marginados de EEUU de la misma manera –al grado que muchos ahora dicen que están doblemente motivados a votar” para impedir el fraude, precisó Goodwin.